Thursday, October 10, 2019

DESTINO: LA ETERNIDAD



Buenos días luz de esto que se parece a la realidad de una mujer tan solitaria como la inmensidad de los océanos que acarician a Gea.
Con distintos nombres, exceptuando el Mar negro, todos los otros tienen un color azul tan intenso como bello.
Territorio de Poseidón.
Solo el Dios de las Aguas es quien sabe el destino de tantas víctimas, desaparecidas en su garganta glotona.
Ávida de quedarse con vidas humanas.
Si fuera, contemporáneo sus maldades las ejecutaría con mayor rapidez.
Reconozco soy capaz de relacionar todo con fechas, días, horas minutos y hasta segundos.
Nada es casual.
Temprano, favorecida por el albur anticipado, decidí caminar hacia la costa.
Es un sitio donde encuentro sosiego y me recuerda de manera placentera tu destreza, deslizándose por cualquier espejo de agua.
Como siempre, busco para descansar u pensar una roca para sentarme.
No hay muchas sobre el Río de la Plata.
Es cuestión de emplear la memoria.
Si bien la costa ahora está más limpia.
Nunca falta el desaprensivo que arroja sobre la arena botellas de plástico o entierra colillas de cigarrillos en aquellas.
¿No han visto los contenedores ubicados para tal fin?
Miserables que creen ser dueños de espacios que le pertenecen a todos los vecinos,
Pobres de mente en los que no es necesario detenerse mucho más tiempo.
La sorpresa fue ver muchos veleros navegando con destino al mar, para llegar en un par de días a las costas de Río de Janeiro en Brasil.
Otra coincidencia, es uno de tus enclaves favoritos.
El cielo era testigo del desplazamiento de cada velero.
Eolo haría lo suyo, soplando cuando las velas de las embarcaciones estuvieran desplegadas.
Todas eran de colores alegres, exceptuando una que tenía la blancura prístina de los celajes blancos que a veces adornan el cielo.
Pese a pasar muy cerca de la costa, no se veía a ningún tripulante.
Ello llegó a estremecer mi alma.
No creo en los veleros fantasmas.
El espasmo obedeció a un recuerdo que vivimos juntos en tu último año de existencia en suelo terrenal.
Te recuerdo la historia conmovedora para los dos.
Tres amigos participaban en la clásica Regata que uno Buenos Aires con Brasil.
Salieron junto a muchos otros navegantes a fines del mes de abril del dos mil catorce.
No se trataba de navegantes inexpertos.
Mil veces habían atravesado los mares del mundo a bordo del Tunante II.
Un navío de velas blancas con inscripciones del color añil del mar.
Entre sus regatas también estaba la que se hacia en el Mar Negro, en Asia.
Un espejo de agua, conmocionante por su color.
Nace en un estrecho que se puede atravesar a pie, a continuación del mar Bósforo en mi amada Turquía por su valerosa historia como pueblo.
Como tales y presos del hambre propio de las fuerzas supieron defender el territorio codiciado por los griegos.
No te preocupes mi cielo, éste será tema de otra historia.
Nicolás, uno de los tripulantes del velero Tunante II un casi un año antes de tu partida dio la última señal de vida.
Los primeros testigos comentaron los vieron cercanos a una isla en territorio brasileñp.
Isla de belleza inaudita donde la vida no es posible pues por nadie está habitada.
Repito, nada es obra de la casualidad.
Todo ello ocurriría un año y un día antes de nuestra tragedia.
Tu final.
Llegabas a casa y preguntabas respecto al destino de los tripulantes.
¿Hubo desinterés de parte del gobierno de nuestro país.
Sí.
Estaban sobre el tramo final de sus tropelías que el mundo conoce de manera vergonzosa.
Un par o varios cómplices del peor episodio de la historia de nuestro país, no puede compararse con nada.
No se le reclamó a la Armada de Brasil, de manera enfática buscaran a los tripulantes del Tunante II.
No solo era el reclamo de los familiares, cono el de una nación toda.
¿Por qué no se rindió culto a la vida?
¿No había recursos?
¿En algún bolsillo exageradamente hambriento?
¿Era necesario tanto?
Si existe un ser misericordioso, será quien los juzgue.
Las deudas de la ignominia se pagan aquí.
Los familiares de los tripulantes del Tunante II los siguen buscando pese al paso del tiempo.
El navío se cerraba como una cápsula para contenerlos.
¿Cuánto tiempo pudieron sobrevivir en medio del mar.
¿Poseidón, no es tiempo para devolverlos a la costa y sus restos reciban cristiana sepultura?
Mi hijo adorado, casi hasta el final donde podía expresarse con el don de la palabra, rogó, sus restos fueran cremados.
¿Pueden entender el contenido de ese pedido tan especial?
¿Pueden visualizar a una mamá llevando entre sus brazos una urna de noble madera en cuyo interior se supone están las cenizas del cuerpo que más amó?
En este sociedad que huele mal ¿Quién puede asegurarme son las cenizas de mi hijo a las que llevaba como si transportara a un bebé, le corresponden?
Les aseguro que esta tortura que jamás se develará es difícil de sobrellevar.
Amor de mi vida, te invito a navegar en un navío de velas blancas.
Esa isla deshabitada podría ser una porción de la eternidad.
No sé como se hace para llegar a un sitio en el que a veces, no pocas, se duda de sus existencia.
Los familiares de los navegantes del Tunante II piensan pueden estar vivos en alguna parte,
¿Dónde?
¿Por qué los menesterosos, ansiosos de poder nunca dieron respuestas?
¿Piensan no morirán?
¿Para que sirve el dinero de dudosa procedencia si nunca conocieron el amor que nace en el alma.
¿Por qué ante cualquier cámara lloran lágrimas de cocodrilo.
¿Son felices con el bienestar prodigado a sus hijos?
No subestimen el intelecto.
Mi querido, hoy recordé esta historia de los tripulantes del Tunante II.
Nadie los ha encontrado.
¿Has podido avistarlos?
¿Existe la teoría de la eternidad?
¿Cómo es?
¿Qué impide pueda creer en ella?
¿Son tan complicados, los senderos que debe atravesar un muerto?
Nadie ha regresado de la vida exánime.
Dudo de todo.
Nada me haría creer como antes en ciertos preceptos de religiones orientales a los que antes consideraba con algo de certidumbre.
¡No estás!
¡No es posible visualizarte para darte un beso!
¿Cuál sería el argumento que se constituyera en el pilar de mi esperanza?
¿No existe, verdad?
Quiero como nunca mi abrazo te llegue.
Que pueda ser portador de todas las palabras de amor incondicional que llegás a inspirar.
Estoy harta de transitar este mundo de desigualdad.
Precisaría perderme en la profundidad de tu bella mirada.
No salir de allí nunca más.
¿Qué hago aquí?
¿Por qué tanta incapacidad para resolver alguna de mis vacilaciones?
¿Les gustaría perder al hijo de sus entrañas?
¿Ustedes entes sin nombre cómo hacen para soportar las salvajadas que cometen?
Hijito adorado, tratá de acotar los tiempos que posibiliten el reencuentro que busco desde el primer día.
No es fácil de resolver.
No deseo permanecer más en el mundo terreno.
Sería espantosa la experiencia si no pudieras reconocer a tu mamá.
Naveguemos hacia el lugar donde la realidad no duela tanto.
No es justa la espera.
Los errores que pude haber cometido, insisto, desconozco cuales son, creo haberlos pagados en su totalidad.
Me hacés falta.
Te amo, por ello siempre reiteraré mi pedido, nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.


https://www.youtube.com/watch?v=a89jn6TYZFU

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