UN REFUGIO

Buenos días mi cielo adorado.
Todas las jornadas traen diferentes recuerdos.
Algunos desearía olvidarlos por el daño que produjeron.
Otros, como tu ausencia terrible, vivirán para siempre en la memoria.
U día como hoy de hace cuatro años, arribé al que se convertiría en mi refugio.
No lo hice sola.
En mis manos portaba la urna conteniendo tus cenizas.
Este sitio que te vio nacer a pocas cuadras de aquí, era el elegido para que aquellas tuvieran un destino final.
Ocurriría cuarenta y ocho horas después.
Así cerraría treinta y nueve días en los que estuviste a mi lado de otra forma.
La menos deseada.
El que sería mi refugio esperaba el camión de mudanzas.
Dentro de la propiedad sonriente mi familia chiquita.
Algún curioso preguntando ¿Quién será la mujer de piel pálida y gesto adusto?
¿Qué llevará en esa bolsa de papel color madera?
Nadie tuvo permiso para portarla.
Otra vez, como tantas otras, juntos los dos.
Un enclave, cómodo, seguro en una localidad tranquila.
Muy cerca de la casa en la que vivimos felices en el ayer.
Sería de mi agrado la casa estuviera en un espacio desconocido.
Cerca tuyo.
Si los muertos están en el cielo.
Mi refugio debería estar construido en la luna.
Con una ventana ara mirar las estrellas que la acompañan y buscarte entre ellas.
Podría estar posada sobre una carroza para que siempre estuviera iluminada,
También los días en que ella no está visible a los ojos terrenales.
Sería solo para nosotros dos.
La puerta del refugio permanecería siempre abierta, esperándote.
¿Vendrías a visitarme de estar allí?
¿A diario o solo las noches de plenilunio?
Me gustaría fuera todos los días.
Podría comprender, otras actividades impiden llegues a este que también es tu hogar.
Siempre estarás en mi ser.
¿Te parece me lleves a conocer tu hábitat?
¿Me dejarán llegar o como otras veces encontraré mecanismos invisibles, levantándose para que no pueda pasar a su interior.
Creo que la luna posada en una carroza parecida a la de Raquel, es ideal.
No pretendo sea de cristal.
Sencilla, con eso alcanza.
¿Si Raquel pudo encontrar a su hijo y llevarlo a suelo terreno, ese episodio podría repetirse con algunas variantes.
Al estar viviendo en la luna, no sería necesario te llevara, a suelo terreno, pues mi refugio estaría allí.
¡Qué bello si todo pudiera solucionarse soñando!
La realidad no admite las entelequias.
En ocasiones es tortuosa.
Estaría más cómoda viviendo allá que siguiendo aquí.
No tendría que esperar casi mil quinientos días para darte un beso o abrazarte.
Seguramente en tu morada la palabra “no” se pronuncia pocas veces.
Estoy cansada de la soledad.
Si estuvieras corporizado a mi lado ciertos incidentes obedientes a las expresiones lingüísticas no hubieran ocurrido nunca.
¿Estás riendo por mi decisión de cambiar el término palabra?
Quisiera estar ahí para escuchar la sonoridad de tu risa.
No tengo dudas apuntarías con tu celular, las más bellas constelaciones para regalármelas.
¿Has visto pasar algún cometa?
Tienen apariciones tardías, pese a ese detalle deslumbran la visión de los terrenales que los han podido mirar.
No he visto ninguno.
Sería fabuloso admirarlos a tu lado.
Tengo la certeza que en la inmensidad también se pueden generar proyectos.
En sitios mágicos pueden concretarse.
Son muchos los sueños que podríamos cumplir.
En soledad nunca he planeado nada.
Es tan pesada la carga del desamparo que se hace muy dificultoso discernir.
Por otra parte no tendría sentido proyectar si la ausencia es tan notoria que ha interesado el alma, en forma de filosas dagas, convirtiéndola, en jirones.
Nunca, jamás volverán a unirse.
No resulta como antes, el verdor de los árboles naciendo a la vida de esta nueva estación.
Otro mes difícil para mí.
Dentro de dos sábados cumplirías años.
Se hace difícil vivir sin vos.
Sobre todo cuando me doy cuenta que desde tu partida no quiero tener más vínculos en la tierra.
A veces pienso que quienes me mantienen cautiva, conocen más que ninguno mis deseos.
Nunca comprenderé por qué ejecutan todo lo contrario a mis aspiraciones.
Todos los días aparecen con un nuevo desafío.
Si tengo paciencia que impide reaccione con virulencia es gracias a vos.
¿De dónde se extrae tanta paz para derramar, aquietando el corazón de quien te ama más que a nadie en el mundo?
No resulta suficiente, a diario mire tus fotos, sonríen desde el papel.
Tampoco intente conciliar el sueño sosteniendo tu documento.
Daría aquello que no poseo para recuperar tu pasaporte.
Un documento vencido que a nadie le sirve.
Solo a mi pues la foto es de mayor tamaño y para variar estás hermoso tal cual sos.
Tesoro, es inevitable te extrañe.
¿Por qué no me enseñaste a vivir sin vos?
Transcurre un día plomizo, ventoso, con temperaturas invernales.
Pareciera el cielo desea llorar.
¿Necesitará sumarse a las lágrimas con las que desperté evocándote?
Mi vida adorada, nunca dejaré de pedirte, no olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=DpWmRCupBHk