ENVÍO ESPECIAL

Buenos días mi cielo.
Hoy más que nunca.
Anoche pensaba que podría enviarte a ese sitio donde se supone están los seres exánimes.
Como la noche estaba clara, las hojas de Astrea, bajaron al planeta Tierra para deleitarnos con si brillo espectacular.
Rogué algunas se acercaran a mis manos.
Ellas serían portadoras en el momento de ascender, de alguno de los tantos besos que no te he podido dar.
Noche nítida.
Pude advertir no estaban solas.
Más arriba visualice el giro de varios planetas.
Junto a los mayores en sus giros los acompañaban otros a los que la Estación Aeroespacial de Estado Unidos ha pedido les otorguen un nombre propio.
La única condición es que tengan el mismo nombre de dioses de la cultura griega.
Cuna del conocimiento de la humanidad toda.
Enviaré los nuestros por correo electrónico a la dirección que apareció en todos los medios de comunicación.
¿Re parece elaboremos juntos el listado?
Seguramente los seres alados como vos, serán los primeros en conocer los elegidos por la NASA.
Mientras tanto podemos, dar rienda suelta a esta actividad lúdica que nos ofrece el universo.
Algunos de los cuerpos celestes, descubiertos poseen anillos como Saturno.
De mayor tamaño orbitan bastante alejados de Gea.
Percibo tu deseo.
Sería de tu agrado uno de los más cercanos a la tierra se llamara Zeus.
La coincidencia es total.
El dios más importante del Olimpo no puede faltar en el espacio celeste.
¿Te parece que el de color rojo distante de la tierra a millones de años luz, lleve el nombre de la deidad del fuego?
Hefesto, famoso por ingresar a las entrañas de los volcanes para afilar en las fraguas las armas a utilizar en la guerra, merece por haberse expuesto a los daños provocados por el arsénico a tener un planeta que lo recuerde.
Poco estaba en la Acropolis.
Ello no invalida recordarlo.
Su trabajo se desarrollaba en los abismos de los volcanes.
¿Has podido ver alguno de ellos?
¿Sí?
Han mostrado uno de color celeste como las aguas del océano.
Deduzco que podríamos reconocer a Poseidón, Dios de las Aguas.
No siempre ha provocado con su carácter virulento actos violentos.
En ocasiones supo calmar las aguas del mar para que los pesqueros llegaran con su preciada carga a los puertos atenienses.
Sí tesoro, estás en lo cierto, el dios Osiris, padre de Horus, el dios del silencio, merece ser recordado.
Su cuerpo, asesinado jamás fue encontrado.
No tuvo la oportunidad de presenciar el crecimiento de su hijo.
Desde tiempos inmemoriales, el destino se ha dedicado a llevarse con la complicidad de Tánatos, a terrenales que tenían mucho amor para dar.
No, mi vida, no he olvidado al dios consagrado a los pensamientos.
Lo nombre a continuación de Zeus.
Se trata de Hefesto.
Las divinidades helénicas eran veneradas por distintos dones.
Caelus, deidad consagrada a la bóveda celeste no podría estar ausente.
Es una pena que no se pueda nominar con nombres de poetas o pensadores que hicieron historia a otros planetas.
Seguramente cuando se descubran otros tan lejanos como éstos, tendrán cabida.
¿Has notado que solo se solicitó el nombre de dioses?
Es entendible.
Propongo a las autoridades de la estación aeroespacial, también bauticen a las estrellas.
No solamente a las constelaciones.
De esa forma podríamos nominarlas con algunos nombres de diosas que fueron parte del Olimpo.
Son muchas.
Alcanzarían para perpetuarlas en los enclaves de la eternidad.
Las estrellas que actuarán como correo de mis besos acumulados y de los que sos el único dueño, etéreas llegarán a posarse en tus mejillas.
Me hacés falta.
Te extraño de una manera difícil de adjetivar.
¿Por qué nos habrán, separado cuando teníamos tanto por compartir?
¿Esos entes no aceptan el amor incondicional?
¿Por qué has pasado fugazmente en mis sueños?
La sensación es angustiante.
Ignoro como podría ayudarte.
¿Estás soportando el peso de la soledad?
Tesoro, como pocos, conoceés, estoy dispuesta a emprender el viaje final a la brevedad.
No es mi deseo seguir permaneciendo en suelo hostil.
Preciso estemos juntos.
Ayer escribió uno de tus hermanos de la vida.
Se acordó con palabras cargadas de sinceridad de la fecha.
Están contentos con la llegada de la beba.
También yo.
Es inmensa la ternura que ha despertado esa niña.
¿Qué decirte que no sepas?
Desde donde estás podés ejercitar la amplitud de tus percepciones.
Ante la impotencia de la vida que transcurre sin sentido, las lágrimas aparecen.
Cesarán el día que nos encontremos para no separarnos nunca más.
Vos que se supone, habitas una porción del cielo, sabrás con antelación los nombres seleccionados para los nuevos cuerpos integrantes del sistema planetario.
No tengas dudas.
Me hubiera gustado que uno de ellos llevara las siete letras de tu nombre amado.
Todas las madres que tuvimos la fatalidad de perder un hoja desearíamos ocurriera esa probabilidad.
Debe ser por esa circunstancia que optaron por dioses de la mitología griega.
Quiero estar con vos.
Soy reiterativa.
Lo sé.
Alguien me contó que si se repite demasiado un anhelo, el mismo se transforma en realidad.
Hace mil quinientos trece días elevo mi reclamo.
Es posible que falte un poco más.
¿Cuánto más?
¿No conocen la desesperación de una madre?
Al principio es sorpresa negativa el impacto producido por la muerte del ser que se trajo al mundo para que viviera.
Las heridas del alma no se curan.
A medida que pasa el tiempo el dolor se profundiza.
Sabemos que la situación es irreversible.
Preciso como el sediento atravesando la dorada arena del desierto, sumergirme en la profundidad de tu bella mirada.
¿Es tan dificultoso comprender que nada debo hacer en suelo terreno?
¿Podrías ayudarme para que este último trámite sea tratado con la celeridad imperiosa de reunirnos prontamente?
¿Nos reencontraremos en alguna ocasión?
¿Corresponde mi necesidad al mundo de las entelequias?
¿Cristalizarán las utopías?
Te amo.
Por favor esperame, nunca olvides, cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=ZxXU0bXqN0I