LLUVIA ORIENTAL

Buenos días amor de mis entrañas.
Continúa lloviendo.
Ha bajado la temperatura como si estuviéramos en el más crudo de los inviernos.
Cielo cubierto de celajes plomizos.
Viento incansable obligándonos a buscar abrigos a los que creíamos haber descartado.
Otros fueron seleccionados con el objetivo que lleguen en perfecto estado de conservación hacia sitios donde los rigores del invierno, jamás abandonan la región.
Olvidados a los que solo les recuerda cuando llegan épocas electorales.
¡Qué falsos son en su afán por seguir acumulando poder cuando muchs deberían esta rindiendo cuentas ante la supuesta justicia que imparten un grupo de hombre que en lgar de caminar reptan para acumular bienes materiales.
Poseen todo mi desprecio por ser tan corruptos.
No puedo evitar reaccionar ante las evidencia de otros corruptos que viajan al exterior como si fueran a comprar golosinas al kiosco de la esquina de sus mansiones.
No van ellos.
Tienen monos amaestrados para el trabajo sucio para aparecer ante la sociedad como santos sin aureola.
No te preocupes mi vida.
No estou haciendo una arenga polírica, solo estoy en connivencia con la verdad.
Cielito, estos días grises logran transportarme a otros espacios donde casi acariciamos la felicidad en plenitud.
Lejos estoy de mi regufio.
La lluvia pertinaz me lleva a otros continentes donde los valores por ser y permanecer son prioridad.
En suellos, manejo mi auto por una avenida de la Isla de Japón.
Mil veces resurgió de terremotos violentos o tsunami que plagaron de radioactividad todos los sitios de la isla.
Entonces pude comprender la reacción de los emperadores de Japón.
Es cierto no se los puede mirar a los ojos por concservar antiguas tradiciones.
Pese a ese detalle insignificante son uno más de la población.çAuí hay cerebros dormidos que creen ser arquitectos del mundo cuando la corrupción demostrada solo inspira vergüenza,
Sabemos quienes son aquellos que se creen poderosos y solo pueden mostrar su vida a costa del trabajo de otros.
Allá ellos.
Como te decía, manejaba en sueños por una ruta de Japón.
A la vera de la cinta asfáltica florecían los ceros.
Blancos rosados, mojados por la llovizna parecían llorar lágrimas de amor.
Seguramente en su verde savia estaba la memoria.
Recordaban el nuestro.
Inconmensurable como la hermosura de los petalos de las flores generadas en las varas del árbol de crezo.
¿Recordás uno de mis primeros relatos, donde un abuelo intentaba transmitir bajo el árbol de cerezos de su amplio jardín, valores¿?
¿Qie árbol podría cobijar la falta de ellos?
¿El árbol de la desidia?
Lohe visto.
Es fantasmal.
Desde el tronco carente de corteza que muestra la experiencia y códigos a transmitir, crece torcido.
Las dlores nacen marchiras y ni exagero.
Quisiera escribir sobre otras imágenes.
No puedo.
Acostumbro a escribir sin enmascarar las letras.
Por cieropuede producir rechazo.
No me importa.
La comunicación con mi hijo, el depositario de cada de uno de mis pensamientos debe ser veraz y sin anestesia.
Tesoro de mi alma quisiera describir las sensaciones al momento de observar los pétalos suves de las flores de cerezo llorando.
¿Lo haría por ti ausencia imprevista como injusta?
No poseo una respuesta capaz de morigerar el dolor que produce la misma.
Solo puedo aseverar que ambos amamos lo mismo.
La naturaleza en todo su esplendor.
No puedo sola.
Intento no bajar los brazos para no claudicar.
Preciso me esperes.
También parallegar a ese enclave tan enigmático donde se supone se encuentran quienes no stá.
Aydame.
No quiero estar más aqió.
Nunca comprenderé el motivo de mi cautiverio.
Te pido mi alma nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.


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