Wednesday, October 30, 2019

SACRIFICIO DE LIBERTAD



Buenos días mi cielo.
Aquí estoy como siempre en búsqueda para que el buen más preciado como es la libertad del terrenal, se cumpla mientras dure en la tierra.
¿Cómo lo hago?
Cuento con tu ayuda.
Desde el respeto puedo dirigirme a quien sea como si fuera una igual.
Eso soy pese a no ostentar cargos capaces de agitar las emociones de los bolsillos más allá de la pérdida de valores.
A ellos los enfrento con el don de la palabra.
¿Tengo miedo?
No.
Siempre esgrimo verdades.
Poco me importa si el destinatario está arado a sus delgadas convicciones, de proteger los bienes materiales que lo diferencian de los otros.
¿Cómo lo habrán conseguido en el mundo de las obscenidades donde todo puede cambiarse con Mefistófeles?
¿Llegan a ver mis manos?
Las tengo limpias.
Nunca por propias convicciones mis pensamientos tendrían precio de venta.
¡Soy libre!
Puedo gritarlo sin temores de ninguna especie
Nadie doblará el eje de mi camino.
Con sentimientos mezclados entre la sorpresa y asco, encontré una especie de casa normal.
Lejos está de serlo.
Allí se alojan mujeres con determinados problemas.
Son sometidas a las peores pruebas en búsqueda de males para los que nunca arribarán a un diagnóstico, puesto que los alejaría a perder un negocio repulsivo.
Sabía por comentarios que en esa casa supuestamente amigable, reclutan mujeres a las que someten con pruebas inhumanas.
Lejos estaría de quedarme con un comentario tan siniestro.
Con mi mejor cara de nada, presenté mi currículum para entrar como secretaria de la administración de la clínica de los vejámenes.
Inmediatamente fui admitida.
Posiblemente haya sido porque no me importó el sueldo que percibiría.
La intención era demostrar al mundo la esencia de seres oscuros,
Los denomino de esa manera pues no es mi estilo ser grosera.

Odiaba el uniforme.
Procuré no detenerme en ese detalle sino en la intención de descubrir el horror para luego mostrarlo.
Desde tu ausencia recibo tu energía.
No le temo a nada.
Con respeto y argumentos llego al fondo de cualquier cuestión.
Sobre todo aquellas que cosifican al ser humano.
Debí callar ante el horror en las primeras jornadas de trabajo.
Causaban repulsión los médicos, eso creo eran.
El sometimiento, desdibuja cualquier intención.
En este caso, lejos estaban de ser sanas,
Laila una de las internas llegó a conmoverme con sus historias.
Era objeto, mediante falsas promesas de encontrarse con su hijo muerto a prácticas prohibidas desde hace años.
¡Bárbaros!
Un día la encontré llorando en los jardines de la casa del horror.
Contó sentía fuertes dolores en su cabeza.
Le habían rasurado parte de la cabellera.
Propuse revisar las cintas adhesivas.
Quizás los dolores respondieran a una mala ubicación de las mismas.
Cuando corrí lo que quedaba de su abundante cabellera rojiza, advertí imágenes espantosas.
Habían colocado en su cabeza y parte de su cuello diminutos relojes.
Según las bestias, servirían para que olvidara la muerte de su hijo.
¿Cómo a imbecilidad puede tomar como quiera el prestigio si alguna vez estuvo?
No dije nada.
Como una autómata volaba el resultado de los exámenes, en las historias clínicas.
Poco les importaba a los directores de la institución su alguna paciente perdía la vida.
Sería la voz de ellas,
Nunca en nombre de la ciencia se le puede pedir a una madre olvide la muerte de su hijo.
Comenzaron a seguirme.
Tomaron mi línea telefónica.
Lo mismo hicieron, con las redes sociales que no uso.
Ellos querían sorprenderme.
También yo a ellos.
Estaba asqueada.
No entendía ese tráfico con terrenales.
Cuando tuve suficientes pruebas, envié el telegrama de renuncia.
Pagarían así fuera con la opacidad de sus vidas los delitos y abusos cometidos en nombre de placebos que nunca llegaría,
Mil relojes insertados en el cuerpo no cambian el dolor de una madre que perdió a su hijo.
Luego de muchos meses la clínica fue clausurada.
Los pacientes regresaron con sus familias.
Laila, luego de la muerte de su descendiente no tenía hacia donde ir.
Los que todo juzgan la tildaban de haber perdido el raciocinio.
A esos seres de palabra rápidas les pregunto si tienen hijos ¿Cómo se sentirían de haber perdido a sus hijos?
Callen necios, ignorantes.
No admito excusas como respuestas.
Son vulgares asesinos.
De cada uno de ustedes se ocupará la justicia de los hombres.
Si ello no alcanzara pues hay muchos jueces dubitativos. Seré yo quien la imparta.
Estoy jugada.
No puedo perder más de lo que me falta.
Nunca más en nombre de nadie jugarán con los sentimientos de una madre.
¡Ilusos!
No conocen el desamparo.
Laila se recuperará en mi refugio.
Testificará en tiempo y forma para que ustedes reciban la peor de las condenas,
A la cárcel se le sumará el rechazo de sus hijos.
No soy justiciera como alguna vez me llamaron.
Desde donde está, mi hijo me transfiere fuerzas para que siga en la lucha por la igualdad de todos.
Lejos estoy de ser feminista.
Poseo intelecto y aparecer para robar cámara cuando nadie tiene en cuenta a ese puñado de mujeres, sin identidad propia avergüenza.
Mi única arma letal son las palabras.
Gracias a la energía de mi hijo soy un ser libre, sin relojes que marquen el tiempo.
Tesoro de mi alma,
las experiencias vividas son crueles.
Con tu fuerza podemos cambiar el tumbo de todo.
Te amo más que nunca, por ello nunca dudo en pedirte nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=NrLkTZrPZA4&list=RD3CXELHC1-b8&index=1

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