Es una madre como cualquier otra, sola cría a sus ángeles, el mayor apenas es un adolescente reaccionario, altivo, arrogante.
Ella trabaja como empleada en casas de familia de gran poder adquisitivo.
Se destaca por su honestidad, es una heroína que hoy viste de negro.
Desde que la vida le quitó al hombre de la familia, decidió llevarla adelante.
Quitaba horas al descanso para que a sus hijos no les faltara nada.
En prolijos sobres blancos separaba el dinero que utilizaría para las cosas cotidianas que necesita una casa.
Los guardará en el secreter para hacer frente a las obligaciones.
Recta, dulce con su prole, lucha por ellos.
No le importa levantarse al alba, cualquier sacrificio es válido si se trata del bienestar de sus hijos.
Ha trabajado todo el día, recibió propinas inesperadas, con ellas podrá comprar las zapatillas de marca que tanto requiere Javier, irán por ellas el lunes.
Sábado, día de descanso, lo empleará para arreglar la humilde vivienda en la que residen.Javier le pide permiso para salir, le recuerda que está atrasado en los estudios, por lo tanto deberá posponer la salida, ese fue el trato que hicieron, si no trabaja debe estudiar, ella sola puede sostener la casa.
El sueño la vence, la semana ha sido muy dura, antes de meterse en la cama el corazón le indica que revise el lugar donde están los sobres que le permitirán una vida humilde en la que no les falte nada.
Siente un puñal que atraviesa su alma al observar un faltante.
Poco le cuesta imaginar quien se lo ha llevado.
Le pide a Marita que cuide a sus hermanitos, sabe que no debe abrir a nadie.
Recorre en silencio las calles de Buenos Aires, en una esquina poco iluminada encuentra a su hijo tendido en el suelo.
En el hospital le dicen que el joven es adicto, deberá ingresar a una granja para curarse.
Patriota como pocas, toca la puerta de los traidores sin saber que los hombres de costosos trajes son los que invierten cuantiosos capitales para envenenar de a poco a los jóvenes.
Javier está recuperado, fueron meses de tratamiento alejado de la familia.
Hoy ella ya no llora, pero sigue luchando por la vida de los chicos adictos al Paco.
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