Monday, May 25, 2009

UTOPÍAS, A UN AÑO DEL BICENTENARIO




AYER


Hombres y mujeres luchaban codo a codo por tener una patria libre.

No les importaba tener que cubrir distancias que parecían más grandes por los medios de locomoción que tenían a su alcance.

Abrigaban los mismos ideales, sostenían sus convicciones, si era necesario ofreciendo la propia vida.

Caminos de tierra, en sus márgenes todos los verdes de los campos cultivados.

Mujeres de largos faldones que ocultaban sus bellas figuras acompañaban en la epopeya a sus hombres.


HOY


Hombres y mujeres que luchan por alcanzar el poder, sin importarle quien queda en el camino.

El lema es avanzar, sin tener muy en cuenta las formas para lograrlo.

Los viejos senderos se convirtieron en cintas de plata, se los transita a la mayor velocidad posible, haciendo rugir los motores, debe ser que a la vera del camino no queda casi nada para mirar, algo de ganado bastante flaco en campos que la tozudez y la soberbia han convertido en tierra árida.

La lluvia no aparece donde debería estar para que todo vuelva a renacer, tampoco se llevaron a cabo obras de riego artificial para no seguir perdiendo lo nuestro.L

La gran ciudad se parece a una jungla, todos quieren ocupar el mismo lugar sin tener en cuenta a quienes comienzan a caminar la patria linda.

Donde había plazas enormes edificios apuntan al cielo.

Todo se hace con demasiada rapidez, los resultados pueden ser buenos o malos, eso se descarta.

Hay que llegar a la cima, amedrentando al pueblo y al adversario.

Esta tarde les contaré a mis hijos un poco de la tierra donde han nacido, así aprenderán a amarla, a no sentir el desarraigo que trae vivir en otro lado que no sea al propio suelo.

Juntos, con sinceridad rendiremos homenaje a los que dieron su vida por ella.


MAÑANA


Es incierto, depende de las actitudes que tome cada ciudadano que habita una gran Nación que supo recibir el nombre de granero del mundo.

Espero regresar a mi patria algún día no lejano ,mostrarle a mis hijos las bondades de esa tierra bendita.

Enseñarles que deben amarla y respetarla.

Incentivarlos cada día, enseñándoles valores que parece se han perdido.

Lejos evoco a mi querida Argentina en su día, desde uno de los balcones de la casa, entre flores que la perfuman, etérea flamea la bandera argentina.

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