Necesitan cambiar su hábitat.
Desde hace meses están en la búsqueda de un lugar donde no reine la inseguridad.
Se cansaron de las rejas.
No pueden responder las preguntas de sus pequeños hijos, ellos no entienden porque motivo no pueden jugar como hace poco en las veredas, andar en bicicleta sin temor a perder la vida.
Jugar en el jardín sin peligro.
Después de mucho deambular buscando casas seguras, encuentran un barrio alejado de la ciudad, lugar ideal para que los niños vivan todas las etapas sin perder ninguna.
Ellos también precisan un sitio donde se respire paz.
Dejan el auto en la puerta de la inmobiliaria, un empleado los llevará a la que asegura será la vivienda definitiva que busca el matrimonio.
En el trayecto les cuenta de las comodidades de la casa, es amplia de una sola planta, cuenta con tres dormitorios y dependencias, solo faltan minutos para llegar.
Les comenta que pese a la poca antigüedad del sitio, la vivienda ha sido habitada por diferentes familias que se mudaron por estar alejada de la gran ciudad.
La casa es de piedras blancas, techos de tejas negras, jardín en el frente, parque en el fondo y piscina, más un amplio quincho.
Está decido, la compran.
Las niñas compartirán dormitorio, el varón disfrutará de su propio espacio.
Instalados en la nueva casa solo piensan en edificar un futuro tranquilo para todos.
Amante de las plantas, al caer el sol se dedica a riego de las mismas.
Los canteros son un estallido de fragancias y colores.
Sonriendo reta al niño que amenaza con su pelota.
En ese instante observa los rosales repletos de flores multicolores, están plantados como si fuera un tablero de ajedrez.
Comentará el episodio con su esposo, él, le restará importancia a la ubicación de las plantas.
Ella insiste en una teoría, por alguna razón están en la tierra así.
Algún secreto familiar debe haber para comprender tal situación.
No puede dormir.
La luna juega a las escondidas, algunas nubes ocultan las estrellas.
Ella insiste en saber.
Toma su bata, la familia duerme profundamente.
Descalza camina por el parque, le gusta tener la sensación del césped recién cortado.
El rosal blanco toma vida, en los pétalos vestidos de rocío puede leer, le dice que no existe ningún secreto familiar, le ruega huela la fragancia que se expande por el jardín.
No hay secretos que se puedan guardar, con el correr del tiempo conocerá un poco más del libro de la vida familiar.
Las rosas simbolizan a todos los que antes vivieron allí.
Es tarde, no intentará determinar el misterio, son demasiadas las letras que el destino escribirá.
http://www.youtube.com/watch?v=N_i3pz_6nbM&feature=related
Desde hace meses están en la búsqueda de un lugar donde no reine la inseguridad.
Se cansaron de las rejas.
No pueden responder las preguntas de sus pequeños hijos, ellos no entienden porque motivo no pueden jugar como hace poco en las veredas, andar en bicicleta sin temor a perder la vida.
Jugar en el jardín sin peligro.
Después de mucho deambular buscando casas seguras, encuentran un barrio alejado de la ciudad, lugar ideal para que los niños vivan todas las etapas sin perder ninguna.
Ellos también precisan un sitio donde se respire paz.
Dejan el auto en la puerta de la inmobiliaria, un empleado los llevará a la que asegura será la vivienda definitiva que busca el matrimonio.
En el trayecto les cuenta de las comodidades de la casa, es amplia de una sola planta, cuenta con tres dormitorios y dependencias, solo faltan minutos para llegar.
Les comenta que pese a la poca antigüedad del sitio, la vivienda ha sido habitada por diferentes familias que se mudaron por estar alejada de la gran ciudad.
La casa es de piedras blancas, techos de tejas negras, jardín en el frente, parque en el fondo y piscina, más un amplio quincho.
Está decido, la compran.
Las niñas compartirán dormitorio, el varón disfrutará de su propio espacio.
Instalados en la nueva casa solo piensan en edificar un futuro tranquilo para todos.
Amante de las plantas, al caer el sol se dedica a riego de las mismas.
Los canteros son un estallido de fragancias y colores.
Sonriendo reta al niño que amenaza con su pelota.
En ese instante observa los rosales repletos de flores multicolores, están plantados como si fuera un tablero de ajedrez.
Comentará el episodio con su esposo, él, le restará importancia a la ubicación de las plantas.
Ella insiste en una teoría, por alguna razón están en la tierra así.
Algún secreto familiar debe haber para comprender tal situación.
No puede dormir.
La luna juega a las escondidas, algunas nubes ocultan las estrellas.
Ella insiste en saber.
Toma su bata, la familia duerme profundamente.
Descalza camina por el parque, le gusta tener la sensación del césped recién cortado.
El rosal blanco toma vida, en los pétalos vestidos de rocío puede leer, le dice que no existe ningún secreto familiar, le ruega huela la fragancia que se expande por el jardín.
No hay secretos que se puedan guardar, con el correr del tiempo conocerá un poco más del libro de la vida familiar.
Las rosas simbolizan a todos los que antes vivieron allí.
Es tarde, no intentará determinar el misterio, son demasiadas las letras que el destino escribirá.
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