Palabras contundentes los separan, sin embargo los unen las letras.
No quiero quererte es solo una expresión de deseos que jamás será una realidad.
Han caminado un largo trecho juntos.
Disfrutaron la magia de los cuentos.
Las letras hermanan.
Unidas elaboran paisajes soñados.
Nace un pintor que en su tela deja plasmada la figura de la mujer de su vida.
Textos para niños, qué difícil es escribir para ellos sin opacar su inocencia.
Palacios con escaleras de mármol, mujeres vestidas de largo, plumas y encajes para que los hombres posen su vista en ellas.
No es pecado desear a esas diosas que solo tienen vida mientras exista la magia de los cuentos.
Sencilla ella esperaba en los pasillos, admira los cuadros que cuelgan en las paredes, entre sedas y brocatos, ella viste su traje de doncella.
Una cofia blanca cubre su cabellera dorada, un rulo se escapa para descansar en la frente.
Soñaba, siempre soñaba.
Auroras boreales nacían en su mente pródiga.
¿Podemos llamarle así.
Sí.
El cielo se teñía de rojo, igual que sus mejillas cuando recibía un halago.
Soles anaranjados que emergían desde la superficie del océano profundo.
Temprano se desnudaban los árboles, preludio de desiertos no buscados.
El destino robó sus colores para otorgarle color a sus ojos.
Mira sin ver el capullo que pronto tendrá sus pétalos vestidos de rocío.
Intenta enterrar los recuerdos.
No puede.
Cada uno grabó en su alma letras de fuego.
Bucea en los recuerdos, jamás él escribió una sola letra que ella inspirara.
No importa, tal vez no sea políticamente correcto.
La música la acompaña siempre.
Los acordes tapan el látigo que a veces produce el silencio.
Es tan pequeña y tan inmensa la línea que divide el mar del firmamento, que decide seguir soñando, otra aurora boreal hará realidad cada sueño.
Tres palabras que morirán lejos.
La capacidad de crear jamás se pierde.
Pinta sus cielos de verde, iguales a los colores que identifican la esperanza.
http://www.youtube.com/watch?v=mUS4GknX5aA
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