El comisario Rodrigo Valdeón Díaz, odia tener que viajar para cobrar el resto de los millones en euros que recibió al resolver el caso de “La Pajarera”.
Viajará al sur de latinoamérica, no quiere que los medios de comunicación lo persigan en búsqueda de la nota que ilustre la primera página de los diarios de habla hispana.
La noche anterior cuelga el uniforme, saca lustre a las múltiples condecoraciones recibidas.
Desistió viajar en avión, no tenía el menor interés que lo fotografiaran en el aeropuerto, lugar que no sabe por qué siempre está plagado de periodistas esperando el arribo de los famosos.
Aún no entiende por qué su mujer le eligió una máscara de látex de última generación, tampoco el motivo de usar lentes de contacto, tan claros que parece un perro siberiano.
Irá directamente al camarote, no soporta las despedidas, no le agrada el vuelo de las gaviotas que hacen piruetas sobre la espuma de las olas.
Detesta el movimiento del barco, tanto vaivén castiga su estómago.
Durante los días que dure el viaje, jamás aparecerá en cubierta, no asistirá a las veladas que se celebran al tocar distintos puertos.
Solo tiene intención de cobrar el resto del premio.
Nadie debería saber de él, sin embargo una aspirante a poeta, manifestó que la suma era demasiado elevada.
Si en este momento la tuviera cerca la arrojaría a las profundidades del océano sin sentimientos de culpa.
El mozo golpea la puerta del camarote para entregarle la cena.I
Ironía, el joven no sabe del padecimiento que le produce estar en el crucero.
Todo es igual, agua por todos lados, estrellas encendidas y la luna recortada.
La notebook le permitirá ingresar al foro de los cuentos de un diario reconocido.
Un vistazo bastará para darse cuenta que los participantes masculinos no están.
Solo ellas, escribiendo, por el tenor de los cuentos que dejan, ninguna muestra sentimiento de error.
Por fin ha llegado al puerto.
No puede decir que el alojamiento sea feo, está en uno de los mejores hoteles de la isla.
Demasiado viento para su gusto, no tolera la risa de los niños bajando en skate por las calles nevadas.
Mañana será un día importante
Ellas, no imaginan su destino.
En el fondo del hotel inflan los globos aerostáticos, sabe que a ellas les gustan, aún cuando muchas veces al verlos se hayan mostrado desencantadas.
En cada canasta, habrá flores y copas de champagne.
Al amanecer irá a la cárcel del fin del mundo, allí están todos los escritores, próximos a ser liberados.
Rápidamente subirán al crucero que los librará de “La pajarera”.
Abrazará a cada uno, desde cubierta observarán el destino infinito de ellas.
http://www.youtube.com/watch?v=FHFf7NIwOHQ&feature=related
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