Decidimos realizar el trayecto de Roma a París en tren, la empresa de turismo nos había conseguido una cabina de lujo, ello nos permitiría tener nuestro propio espacio y no depender de los vuelos que en ese momento se cancelaban o tenían demoras por las cenizas del volcán del sur de Islandia, provocando caos en la mayoría de los aeropuertos europeos.
Llegaríamos alrededor de las nueve de la mañana al corazón de París.
Dejamos las maletas en el hotel y nos dirigimos al café Deux Magots.
Optamos por desayunar en las mesitas colocadas en la vereda, las primeras flores adornaban prolijamente los maceteros, la primavera comenzaba a regalar colores y fragancias.
Más tarde caminaríamos por las orillas del Sena.
La belleza del lugar nos incitó a comprar boletos en el catamarán que saldría al mediodía.
El paseo coincidiría con el almuerzo a bordo.En los pocos días que nos quedaban necesitábamos conocer los lugares típicos de la Ciudad Luz.
Mientras disfrutábamos de las exquisiteces de la cocina francesa, preparábamos las visitas a realizar por la tarde, Eugenio quería visitar la iglesia de Notre Dame, ella el museo del Louvre.
Llegaron a un acuerdo, primero visitarían el famoso museo, se estremecerían ante las obras de famosos pintores.
La imponencia de las esculturas de la muestra, lograba transportarlos a otra época de la historia.
Al salir un artista callejero con carbonilla dibujó el rostro de ella, una belleza latina difícil de olvidar.
El atardecer parisino comenzaba a vestir de rocío las plantas.
Majestuosa Notre Dame los recibió, el estilo gótico impacta a quien la ve por primera vez.
Tuvieron la suerte de escuchar el sonido del órgano, parecía que habían ingresado a un paisaje celestial.
Al salir estaban conmocionados, todo el arte imaginado se había presentado a la vista de estos dos viajeros.
Tenían tiempo de regresar al hotel para luego dirigirse al Palacio Garnier con el propósito de escuchar a un novel pianista que ejecutaría arias de óperas famosas.
Imposible describir el lujo que tuvieron al alcance de la mano, todos los sentidos alerta para disfrutar.
Mañana quedará tiempo para visitar la Torre Eiffel y Avenue des Champs-Élysées.
Es momento de regresar al sur, no sin antes renovar promesas de amor.
http://www.youtube.com/watch?v=JzH48aXSBlE&feature=related
No comments:
Post a Comment