Friday, June 02, 2017

AL FINAL DE UN PASILLO UNA FLOR PARA VOS






He conocido al administrador de un complejo de departamentos situados en planta baja.
Edificación tan solitaria que pareciera habitada por fantasmas del pasado.
El encargado me cuenta que para conseguir esa flor que tanto deseo la que descubrí mientras estaba en un piso alto deberé atravesar ese camino tan largo como angosto.
Me pide que lo haga de noche cuando todos los habitantes están entregados al sueño.
Conoce nuestra historia
Dejará las llaves de la puerta de entrada para que pueda acceder a la propiedad.
Le pregunto si no es riesgoso, sonríe diciendo que la noche que decida buscar esa flor que me cautiva me acompañará aún cuando no sea su horario de trabajo de esa manera evitaremos cualquier inconveniente que pudiera surgir.
Es una noche fría, la densa neblina impide observar la luna en cuarto menguante y las estrellas titilantes que en otras ocasiones brindan un espectáculo difícil de olvidar.
Mi pensamiento es único.
Te percibo a mi lado como siempre.
Solicito siempre estás dispuesto a ayudarme aún cuando no te pueda ver.
Subo el cierre de mi campera el viento helado y el temor a lo desconocido produce temor.
Los departamentos tienen sus frentes descascarados como si nadie habitara allí.
No he tenido en años una visión más tétrica que la que comienza a aparecer.
Casi todas las viviendas tienen las luces del frente apagadas por lo tanto hay que ser cuidadoso en el momento de transitar ese pasillo de baldosas que algunas vez fueron cerámicas amarillas enceradas.
Si tuviera que adjudicarle un nombre lo denominaría “El pasillo que lleva al terror”.
Mi acompañante lleva una linterna con el propósito de evitar cualquier obstáculo que hiciera que alguno de los habitantes saliera para asegurarse que nadie invade ese sitio con perfume a tragedia ocurrida o por ocurrir.
En el lateral derecho se levanta un edificio de paredes blancas.
En los pisos más altos los murciélagos aletean sobre las personas bajas.
En la oscuridad el miedo aparece sin que lo llamen.
Pienso en vos para tranquilizarme.
Cuando estoy a punto de lograrlo aparecen de los sumideros de agua un ejército de roedores que lastiman la vista como el estomago.
Continuo mi derrotero pidiéndote que me ayudes en la caminata hasta llegar al final donde encontraré esa flor blanca que quiero sea para vos.
A mitad de la marcha el zumbido de los mosquitos resulta impertinente, pese al frío hay tantos como en pleno verano.
Tratamos de espantarlos con las manos me no se irán sin conseguir una gota de sangre que les permita alimentarse y reproducirse.
Estamos a mitad de camino para concretar nuestro objetivo.
Es tarde, el llanto desgarrador de una nena nos paraliza.
Una madre violenta le grita a su chiquita, en lugar de calmarla la aterroriza.
El administrador me cuenta que no es la primera vez que se escucha el llanto de la pequeña.
Pregunto si alguien ha acudido en ayuda de ese ser desprotegido que solo sabe manifestar sus emociones a través de las lágrimas.
Le pregunto si alguien se ha preocupado por el maltrato de esa nena, la respuesta es “Señora aquí a nadie le importa aquello que le sucede al otro”
Insisto en que se trata de una pequeña.
Quiero saber quien es la madre para decirle que en lugar de maltratarla debería amarla.
Seguramente esa mujer no sabe el significado de la pérdida de un hijo.
Me sublevan de igual manera la injusticia y el maltrato hacia n pequeño ser en total estado de desamparo.
El encargado me ruega que no lo comprometa pues podría perder el trabajo que le otorga sustento para él y su familia.
Coincido que no es el momento para encarar a esa madre desaprensiva, buscaré otro tiempo para señalarle su error.
Falta poco para llegar.
A pocos pasos en el fondo de la propiedad la neblina desapareció.
Un hermoso jardín de flores blancas aparece majestuoso ante nuestra vista.
Me autorizan a cortar las que desee, nadie sabe quien cuida la belleza inmaculada de esas flores blancas.
Entre mucha variedad solo elijo una pensando en vos.
La corto con cuidado, no puede ser más bonita.
Las gotas de rocío están suspendidas en sus pétalos.
Me gustaría que tal como la corté la recibas en tu cielo allá en la eternidad.
Agradezco al administrador el haber permitido que eligiera una flor para vos.
De regreso a casa tengo sentimientos encontrados.
No alcanzo a comprender como una madre puede castigar a un ser indefenso.
Comparo realidades.
Sa mujer tiene la bendición de tener a su hija, puede besarla, acariciarla, calmar los miedos propios de la primera niñez.
No te tengo y envidio que esa dama anónima puede hacer lo que yo deseo desde tu partida.
Establecer un contacto piel a piel.
Escucharte reír, mirarte a los ojos por un instante, con ello me sentiría conforme.
Lamento que el destino sea tan cruel, tengo demasiado amor para darte y una noche cualquiera me enfrento a lo opuesto.
Una madre desprecia al ser que le dio vida.
Es digna de lástima y la niña de piedad ínfinita.
Quería hacerte partícipe de esta historia.
Madres terrenales amen a sus hijos, no los castiguen por nimiedades.
El diálogo une.
Los niños comprenden todo.
Piensen que algún día podrían atravesar mi trágica realidad.
Hijo de mi vida estos episodios me conmueven.
No entiendo el desamor.
Nuestra relación más allá de los caracteres de cada uno era otra.
Nos quisimos de manera incondicional.
Te extraño. Nunca pensé qie no te tendría físicamente.
Nunca aceptaré tu partida temprana.
Nos quedaron demasiados pendientes sin realizar.
Los resolveremos en otra dimensión, mientras transcurre el tiempo vuelvo a reiterar mi pedido de siempre, nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=O5_TCe_K0EQ

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