Suena el teléfono, del otro lado escucho a Laura.
Su voz cansada me pregunta si puede pasar por mí por la tarde.
Concertamos el horario.
Puntualmente llega con su camioneta para dar un aseo sin rumbo fijo.
La noto pálida, cuenta que está sobreasada por el trabajo.
Dos empleados que comenzaron la visa laboral con su padre se jubilan.
No será fácil reemplazarlos.
Relata que hoy tiene una agenda tranquila, algunas reuniones las pasó para los días siguientes.
Es evidente que necesita descansar.
Tomamos por una ruta interpronvincial, poco transitada.
Pregunto hacia donde nos dirigimos, responde que me llevará a conocer un sendero especial que ella conoció hace un tiempo.
Solo espera que se conserve igual, asegurándome que producirá el “efecto fascinación” que buscamos en cada una de nuestras salidas.
Pese a que el almanaque indica que ha llegado el invierno, la tarde tiene una temperatura primaveral.
Ello propicia que el paisaje no cambie bruscamente.
Laura toma un camino lateral, no tiene pavimento pero el mejorado lo hace transitable así lloviera de manera descomunal.
No ha viviendas a los costados de ese camino.
Detiene la camioneta pocos kilómetros más adelante.
Asegura que las puertas queden cerradas, aún sabiendo que si las dejara abiertas nadie se llevaría nada.
La tibieza del sol le es una inyección de energía vital a nuestros cansados por circunstancias diferentes.
El sendero se angosta unos metros para luego ensancharse mostrando distintas flores.
Se sabe donde comienzan más no donde terminan.
Laura recuerda con nostalgia a su papá, él la llevaba a ese lugar.
Cuando la nena preguntaba hacia dónde irían, el padre contestaba; “ Te llevaré a un sitio que jamás olvidarás.
Allí cual pájaros debes dejar volar tu imaginación”.
Coincido con el padre de mi amiga.
Estamos en un espacio encantador.
Solo encontramos flores de diversos, balanceándose al compás de la brisa suave u la melodía de los pájaros.
Sin dudad para imaginar que ese sendero puede activar la imaginación dejándonos pensar de manera individual aquello que nos inspire.
Personalmente pienso que son los caminos de Dios.
Laura parece leerme el pensamiento pues solo dice pienso igual.
La miro tratando de adivinar el sentido de sus palabras.
Resuelta responde que ella también desde que los conoció cuando era una niña pensó que un lugar sencillo pero de belleza impactante, solo podía ser el sendero que inicia el largo camino de llegar a Dios.
Inevitablemente pensé en vos.
Sufrí por tu soledad cuando te alejabas de la tierra por esos senderos desconocidos que te llevarían a la eternidad.
Esta vez no tuve la oportunidad de tomarte de la mano para que no sintieras miedo.
Tengo la certeza que los ángeles que te antecedieron en el camino fueron tu guiía.
Tu compañía permanente para disipar cualquier temor que pudiera aparecer.
Eso me conforta ya que esos ángeles guardianes también te amaron.
Hubiera dado lo que no tengo por ser yo quien encabezara esa caminata que nos dejaría en las puertas del cielo.
Conocés que ese es mi gran deseo y esperaré hasta que se cumpla en forma natural para respetar tu memoria.
El abrazo de Laura llega en el momento justo.
No quiere verme afligida.
Dice que organizaría un festejo el día que me vea volver a sonreír.
Sabe que por ahora no puede ser.
No puedo fingir aquello que no siento aún cuando me digan que mi sonrisa es linda que debería mostrarla más.
No puedo hacer aquello que no nace en el corazón.
Tu ausencia cambió radicalmente mi vida.
Desde que no estás aprendí a valorar aquello que vale la pena.
No le doy cabida a las actitudes humanas que muestran miseria o mezquindad.
He perdido lo mejor de mi vida por ello desde aquella mañana tan fría como soleada de agosto, la escala de valores es otra.
Solo sé que puedo sostenerme en vos que sos mi puntal para no dejarme caer y en mi familia chiquita.
Ellos saben que deseo partir cuanto antes.
No es una postura literaria, es la expresión de un sentimiento que nace en el alma.
Llegamos a casa, invito a Laura a compartir un café.
Me pide disculpas pero siente deseos de descansar en su refugio.
En la despedida me dice con una sonrisa, no te escuché pedirle a tu adorado hijo que nunca se olvide cuanto lo quiere su mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=fUQ-N69xK8I
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