Sunday, June 18, 2017
NNAVEGAR POR AGUAS TRANQUILAS COMO TU ALMA
La vida tiene aguas quietas o turbulentas dependiendo del desarrollo de nuestro paso por suelo terrenal.
¿Recuerdas nuestros viajes al sur de nuestro país?
Uno de tus preferidos era la excursión por el camino de los siete lagos.
Pocos lugares en el mundo encierran tanta belleza natural.
Afortunadamente la mano del hombre no llegó allí con su intención de depredar todo lo que encuentra a su paso.
En primavera cuando las temperaturas no estaban cercanas al punto de congelación nos gustaba detenernos en Villa La Angostura para degustar las exquisiteces de sus desayunos repletos de chocolate
La variedad de rosas comenzaba a mostrarse.
Al preguntar sobre el tamaño enorme de cada ejemplar me respondieron que se debía a la mezcla de tierra con ceniza volcánica.
Circunstancia que propiciaba el nacimiento de rosas de tamaño exagerado.
No sé como hacías, obviabas los carteles que advertían que no se podían tocar y en tu mochila guardabas una para mi.
En esos instantes no sabía si retarte o abrazarte.
Obviamente siempre elegía la segunda opción para que en esos abrazos sintiéramos el calor de nuestra piel cargados del amor que solo surge en un hijo que ama a su madre,
Cómplices de sentimientos abordábamos una embarcación para recorrer el lago Gutiérrez, impresionantemente bello con sus aguas de color verde esmeralda,
Coloración que se daba por el crecimiento de varias especies de algas.
Nos pedían silencio cuando nos acercábamos a las cuevas de la montaña.
Allí se alojaban los nidos de cóndores y era necesario respetar su hábitat pues los ruidos provocados por el hombre perjudicaban su crecimiento.
El fin de esa etapa de la excursión finalizaba en la frontera con Chile donde no había demasiado para ver.
Tu premura estaba en el regreso.
Como habíamos ido en varias ocasiones sabías que pasaríamos por el lago Lanín.
Un lugar de belleza difícil de adjetivar.
Según tu visión si le agregábamos una letra el lago tendría uno de nuestros apellidos.
Lago de aguas azules como los
záfiros.
En una margen los bañistas intrépidos no dudaban en sumergirse en sus aguas.
En el otro veleros de todos los tamaños para quien quisiera navegar.
A los dos nos llamó la atención uno anclado en el puerto.
No tenía grandes dimensiones, son embargo era perfecto.
Su estructura sencilla se recortaba sobre un cielo pintado por un maestro del pincel.
Tonos rosados contrastaban con el celeste de la esfera del firmamento.
Me preguntaste ¿ A qué lugar irías mamá?
La respuesta fue tan simple como obvia. Iría al lugar donde siempre pudiéramos estar untos.
Lejos estaba de imaginar que el destino truncó nuestros proyectos que no eran pocos.
No he regresado al lugar.
No quiero seguir muriendo al despertar por no tenerte.
Laura hace poco que estuvo por allí.
Sacó una foto de los veleros.
Permanecen en el mismo lugar.
Es como si estuviéramos a punto de abordarlos para realizar ese viaje a la eternidad que tanto deseo realizar.
Las embarcaciones siguen recortando su silueta triangular posadas en un lago de aguas quietas, quietud que me remite a tu estado actual.
Quietud que necesito compartir como lo hacíamos antes de tu final.
Quiero estar allí sin más dilaciones.
No quiero ni deseo esperar más.
Mi familia chiquita entenderá mi mayor anhelo.
Ignoro cuando se cumplirá el deseo que me sostiene aquí.
Un sitio que dejó de pertenecerme.
Quiero volar a tu lado.
Mientras esperamos solo te pido que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=mmrbRGMw0gc
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