MIRADAS

Necesito el de hoy sea un día diferente.
Nada parecido a minutos de los transcurridos desde tu ausencia.
Hoy se cumplen tres años y medio o cuarenta y dos meses en que fuimos trasladados a otra institución sanatorial donde supuestamente conseguirías una cura definitiva a tus males.
Aquella no fue una fecha cualquiera.
El azar quiso coincidiera con el cumpleaños de tu abuelo materno.
Nada de festejos.
Intentos de acercarnos a ese Ser Superior para pedirle ayuda.
Clemencia.
Piedad hacia un joven que lentamente se despedía de la vida terrena.
¿Por qué no manifestó ningún esfuerzo para quitar de tu mente la terrible idea de un final injusto?
¿Tanta luz se necesitaba en el firmamento y sus heterocromías?
¿Por qué la tuya?
Nadie posee la respuesta.
Como relataba pese a mis reacciones adversas, salí demasiado temprano.
No llovía.
Subsistían los relámpagos zigzagueantes, en el cielo.
Tardíos gritaban los truenos.
El alarido ensordece las almas desgarradas por dolores tan infinitos como inexplicables.
Pese a mis traumas, abordé la formación?
¿Hacia dónde se dirigía?
Al destino donde se encuentran las miradas.
El trayecto cubierto fue casi normal.
¿Por qué la expresión dubitativa?
Nada es cierto en la vida de los terrenales, hasta que se tengan pruebas fehacientes de ello.
A pocos kilómetros del viaje, el paisaje cambio abruptamente.
Un cartel indicaba que nos hallábamos frente a la estación de los sentimientos.
¿Demasiado pomposo, semejante adjetivo?
Es probable.
Nadie preveía la aparición de un espejo de agua.
Por ese curso claro, navegaban embarcaciones de gran porte, así como antiguas goletas.
Paisajes pintorescos nacidos en el medio de la nada misma.
Bosques antiquísimos.
Floración capaz de convertirse en la musa de los poetas.
El camino continuaba en línea recta.
De pronto apareció la denominada “Curva de los misterios”.
El tren aminoró la marcha.
Mi corazón dio un brinco.
Al final de los rieles encontré el perfil de una mirada.
¿Era la tuya diciendo “Acá estoy mamita”?
Nunca te defraudaría llorando lágrimas viejas.
Llanto que se renueve de solo pensarte.
¿Es una desambiguación?
Nada de ello.
El dolor de una madre ante la pérdida de un hijo, carece de explicación en el espacio terreno.
¿Cómo se hace para alejar los recuerdos?
No es posible.
Reviven a diario.
Ni en estado de omnipresencia, buscaría el traumático manto del olvido.
Cometería la peor de las barbaries.
¿Sabías te quiero en estad de máxima pureza?
El ojo de las vías no desapareció ni un instante de un trayecto hacia la nada misma.
Fue la guía de un derrotero sin destinos.
¿Has enviado una nueva señal para confortarme?
¿Cómo hacerlo cuando las estrictas que me mantienen erguida, están a punto de derrumbarse?
¿Qué palabras utilizar para que a vos llegue mi amor inconmensurable?
¿Me ayudarías a encontrarlas?
Al final del sendero los párpados del ojo imaginario se cerraron.
¿A qué se debe semejante destino?
¿Es justo tu mirada se apague?
No.
Para seguir en la misma senda, preciso de ella..
¿Podrás pedirle en mi nombre a Mnémosine, elimine de mi memoria toda evocación nefasta?
No perdemos nada con el intento.
Guardo en i mente la luz señera de uno de tus ojos, señalando los designios del destino?
¿A que se debe sean tan crueles?
¿Están peleados con la realidad terrena?
¿Por qué?
¿No se alimentan de ella?
¿Por lo que me queda de ella nunca, seré esclava de sus caprichos?
¿Saben que el libre pensamiento es de mi propiedad absoluta?
No será fácil pedirme me redima ante la falta de raciocinio que los aqueja.
Lograré mi objetivo, prescindiendo de Ustedes.
¿Pensaban encarcelar mis sentimientos?
¡No pierdan tiempo!
Con mi hijo nacimos en libertad absoluta.
Así seguiremos en cualquier otra dimensión.
Tesoro de mi alma, te pido un poco más de paciencia.
Arribaré.
No tengas dudas de ello.
Por favor, nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

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