SORTILEGIO

Buenos días mi cielo.
El clima no da tregua.
Estamos atravesando una ola de calor pocas veces sentida en la región.
Si estuvieras a mi lado, no habría acondicionador capaz de satisfacer tus gustos.
¿Recordás que esos pequeños detalles nos igualan?
¿Existirán en suelo terreno otras madres tan similares a sus hijos?
¿Cuál es la temperatura de la bóveda celeste o el lygar donde estás desde hace casi tres año y medio?
¿No es demasiado tiempo para no poder vernos?
¿Te he dicho cuanto te amo?
¿Comprendés mis añoranzas?
En realidad es una sola.
¡Quiero verte para depositar un beso en tu mejilla!
¿Hasta cuando no podré realizarlo?
¿Nadie entiende que la espera produce hartazgo?
Pocas veces enciendo la televisión.
Ayer pasada cada hora de un día insufrible consultaba el estado del tiempo.
Las imágenes mostraban una postal de la ciudad cansada.
Entregada a los rigores del estío.
Pese a ello, en los bosques cercanos al rosedal de la ciudad de Buenos Aires, algunos terrenales seguían sus rutinas físicas.
¿Por qué hacen oídos sordos a las recomendaciones de los especialistas que no dudan en aconsejar la suspensión de los pseudo atletas de cualquier rutina que afecte el organismo.
¿Cuál es el motivo que hace a todos los jóvenes, creer que son hermanos de Adonis?
¿En que dimensión te encontrás?
Sé que es un sitio atemporal.
Lo imagino como un lugar donde no existen las cuatro estaciones.
¿Estoy equivocada?
¿Podrías contarme en algún sueño como es tu hábitat?
En ocasiones estimo es confortable.
Cuando la incertidumbre, avanza sin que pueda detenerla, creo no estás en un lugar de paz y luminoso.
¿Siempre aquello desconocido para los que caminamos el inframundo resulta tan lastimoso?
¿Han pasado cerca de ti Mnémosine junto a Psque?

No dejes que la primera te quite los recuerdos i la segunda se adueñe de tu alma.
¿Cómo nos reconoceríamos so te faltara la memoria?
Mi tesoro, ayer luego de escuchar a los meteorólogos, dando perspectivas de la llegada de un supuesto alivio, sentí una voz grave.
Apagué el televisor buscando la procedencia de ese sonido.
Lo busqué.
Aquel llegaba desde la biblioteca.
¿En tu mundo has escuchado las voces de los libros?
No se trataba de un texto de esos que supuestamente ayudan a salir de las profundidades, de los abismos en los que navegamos los seres que hemos sufrido las peores mutilaciones.
Es una de ellas perder a un hijo.
Tomé el ejemplar en mis manos.
Sus tapas de cuero negro son atractivas.
Letras doradas invitan a escuchar el contenido.
Primera turbación.
¿Los libros se leen o se oyen?
¿Sabés que sentí murmurabas en mi oído una de tus frases?
“Má, es un libro parlante”.
Allí entendí la albura de cada una de sus páginas.
Lo llevé conmigo hacia el escritorio.
Lejos de los aparatos de aire que hacen estragos en mis bronquios.
¿Querés conocer las palabras del libro?
Puedo asegurar que ciertas inflexiones al conversar se parecían demasiado a tu voz querida.
Solicitaba no te recuerde, realizando una pausa.
¿Podés imaginar la indignación llenado mis ojos de lágrimas impotentes?
¿Cómo no vas a estar presente en esta realidad pasmosa, obsequiada por los designios del destino?
¿El libro parlante había perdido la cordura?
No.
La impotencia una vez más, jugó con sus cartas impredecibles?
El texto que hablaba había realizado un interregno, conociendo mis expectativas desmesuradas.
Fue llano y conciso en su petición.
No impidió los recuerdos, pidió que siempre te tenga vivo como hasta ahora.
Ese será el nexo que posibilitará cumpla cada una de mis quimeras.
Todas tienen nombre.
Nada más ni nada menos que el tuyo.
El volumen pidió que mantuviera paz y sosiego durante esta espera, imposible de adjetivar.
¿Cómo se puede pedir sosiego a quien ha perdido a su mejor obra?
No tardó en despedirse.
Debía cumplir con otras demandas similares a la mía.
Extasiada miro una rosa del color de la pasión.
Sentimiento que tiene una madre hacia el ser que gestó en sus entrañas.
¿Por qué la crueldad de la muerte se interpuso entre nosotros?
¿Lograron algo al separarnos?
¿Existen las personas o entes sin sentimientos?
¿Cuál es la causa de semejante atropello?
¿Han tenido hijos?
¿Qué desearían para ellos?
¿Alguna vez los han pensado como seres muertos?
¿Aceptaría Ustedes comprobar que sus hijos no tienen más vida?
¿Cómo se hace para comprender que el cuerpo del ser que más se ama en el mundo, se ha convertido por su voluntad en un montón de cenizas?
¿Qué ha sido de los ojos más bellos de la tierra consumidos por el calor?
¿Las manos que regalaban caricias tibias y abrazos, hacia donde partieron?
¿Debo creer en la existencia de otros mundos o se trata de una parodia?
¿Han observado, en su insolvencia que soy solo un despojo caminado?
¿En que lugar viven las ánimas?
¿Puedo esperar allí el reencuentro con mi hijo?
¡Basta!
Necesito verlo!
Escuchar su voz diciendo está esperando nuestro encuentro.
Tesoro de mi alma, la rosa que acompañó tan singular obsequio parece tener vida eterna.
No la guardaré entre las hojas de un texto, como hiciera con aquella de Villa la Angostura que me obsequiaste.
Tiempo.
Es eso que necesito para llegar a tu lado.
Por favor esperame.
Nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

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