SOMBRAS

La falta de suministro de energía eléctrica, propició buscara un antiguo candelabro de bronce, allí depositaría una vela de color blanco como ta pureza de tu alma.
Necesitaba seguir releyendo uno de los libros que me obsequiaste.
Tengo sana aducción por la lectura.
Especialmente toda aquella elegida por tu mente privilegiada.
¿Podrás recordar el contenido del texto elegido para morigerar los efectos de la soledad?
¡S-i, mi tesoro es ese libro de autoayuda con tapas azules y pequeñas letras doradas que me trajiste, alguna vez!
¿Por qué no puedo ubicarte aún más cerca de mí?
Nuevamente aparecen las contradicciones,
Contradicciones que intento alejar de la memoria.
¿Podré lograrlo?
No, si ello significa no pensarte un solo instante de esta vida, plagada de sombras e imprecisiones desde tu ausencia, que nunca debió ocurrir.
¿Sirven los ejercicios de relajación?
Puede ser.
No para una mamá sedienta de ver nuevamente la luz natural, derramada por la mejor obra concebida.
Es muy difícil despertar sin tu presencia.
De nada sirven los sueños locos para verte de manera fugaz.
¿Existirá alguna entidad, capaz de comprender que es un espanto vivir atrapada en las tinieblas?
Ese libro, uno de los últimos que elegiste para mí, lo conozco de memoria.
Repasar el contenido me lleva a concluir que fuiste el ser más sabio e iluminado que conocí pese a tu juventud.
La luz mortecina del candelabro sosteniendo una vela blanca, proyecta brumas en la pared.
Interrumpo la lectura.
Mientras las velas, derraman lágrimas de cera prístina, intento adivinar las figuras a punto de desvanecerse.
¿Cuál es la figura predominante dibujada en las paredes de mi refugio?
La tuya, sol de mis días.
¿Sabías que sin vos no puedo avanzar?
Conversando con un empleado vía telefónica de la empresa que brinda ese servicio, comente que no deseaba renovar determinada promoción, pues mi intención era tener alitas.
Cauteloso, respondió, no era mi tiempo.
En su pantalla de trabajo salen todos mis datos, incluyendo la fecha de mi nacimiento.
¿Qué valor puede tener la existencia para una mamá que a perdido a su hijo?
Lo sé.
No soy la única que atravesó tan cruel circunstancia.
¿Conocen los demás la prioridad de una mamá de satisfacer las necesidades básicas que posee?
Son fundamentales.
Dar un beso a su hijo al despertar no es nada sobrenatural.
Es tan simple como sencillo.
¿Ustedes miman a su descendencia?
¿Por qué no puedo satisfacer esa necesidad?
¿No es demasiada crueldad tener un hijo muerto?
Mientras tenga un hálito de vida, no lo asumiré.
¿Qué harían Ustedes en mi situación?
¿Resignarían la probabilidad del reencuentro con el ser que más se ama en la vida terrena?
¿Existe aquella en otras dimensiones?
Me gustaría pensar en esa probabilidad.
¿Cómo se hace para poder encontrar el camino de la luz?
No alcanza la luz de una vela ordenando los sentimientos.
Es necesario ir un poco más allá de la eternidad.
Quiero pedirle a Mnémosine la diosa de la memoria que de tu mente no elimine los recuerdos.
Ella es la encargada de poner sus manos en la frente de los fallecidos para que cada uno de aquellos sea anula cada una de las vivencias.
A ella le ruego no siga con su tarea.
Necesito me reconozcas en el momento de nuestro reencuentro.
¿Si tuvieras la mente en blanco, como podrías tenerme en tus pensamientos.
¿Hoy te he manifestado la dimensión de mi amor maternal?
La luz de la vela del candelabro se apagó.
Puedo entregarme a la reflexión.
¿Qué hay en ella?
Solo maravilloso amor.
Mi vida la esperas es tan amarga como ingrata.
Estoy entregada a ella,
Nada opacará mi ascenso hacia vos.
Mientras tanto te pido nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

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