FRASES DEÑ AÑMA

He de saludarte como continuación de nuestro tiempo compartido.
Inicio de estos enlaces que permitieron sobreviva, a la peor tragedia que puede sufrir una mujer.
Los quince días anteriores a tu aniversario de fallecido no pueden adjetivarse con palabras.
El miércoles de la semana próxima se cumplirán mil cuatrocientos sesenta días de mi condena.
No poder darte un beso o abrazarte, eso significa.
Quisiera desandar el camino para que pudiéramos estar juntos nuevamente.
Unir nuestras manos rodeadas por un círculo de mariposas que han perdido el tono por la distancia.
Pese a ello manifiestan su alegría al ver que pudimos echar raíces duraderas que van desde el cielo a la tierra.
Así permanecerán siempre.
Pese a estar enraizadas en la tierra, se elevarán hasta enclaves desconocidos donde se supone no existen los relojes que marquen el paso del tiempo.
Tiempo en ocasiones insensato que no duda en profundizar las heridas abiertas de manera permanente en las almas heridas.
¿Tiempo irresponsable, por qué decidiste separarme del ser que traje a la vida para que viviera?
¿Cuáles son tus orígenes?
¡De mitos y leyendas poco creo!
Es verdad, me gusta recrearlas.
La mente de los humanos o terrenales con el objetivo de cumplir sus utopías puede trascender tu esencia.
N
Tiempo irresoluto, no creas el dolor me ha quebrado en su totalidad.
Me queda espacio para bucear en frases que han llegado a conmoverme.
¿Cómo se denominan?
Frases del alma.
¿Querés jugar conmigo?
¿A qué le podés temer?
¿Cuál es el premio?
No seas materialista.
¿No te conforma pasar un buen momento?
¿Puedo comenzar?
¿Qué te hace pensar si pronuncio “La oscuridad es la mirada de la ceguera”?
¿Sabés quién la dijo hace mucho tiempo?
¿No?
¡Qué vergüenza!
Se supone estás en pleno conocimiento de todo lo ocurrido, ocurrente y futuro de tales en todo el orbe.
¿Querés que te ayude?
A William Shakespeare pertenece esa oración.
¿Puedo preguntarte algo?
Si la oscuridad es la mirada de la ceguera ¿Cuál es el nombre que recibe aquella que pertenece a la muerte?
¡Vamos!
No es tan difícil la respuesta.
Es más sencilla de aquello que aparenta.
¿Podrías develar uno de mis enigmas?
Mi hijo pidió ser incinerado:
No es fácil para una madre concretar esa voluntad.
Desde algún lugar ellos, los que han partido, otorgan fuerzas para que puedas cumplir esos mandatos que destruyen.
Ninguna mamá quetrajo a la vida, vida para que viviera, piensa que su descendiente en algún momento se convertirá en cenizas, imposibilitadas de esparcirse siguiendo la brisa del silbido del viento.
No se llega a asumir que tu hijo se ha convertido en un puñado, de cenizas.
Allí comienza un interrogatorio para el que nadie posee las contestaciones compensatorias.
¿Dónde quedó la mirada de caramelo del dueño de las sietes letras que conforman su nombre?
¿Por qué el calor sofocante puede destruir todo?
¿Has podido ver la hermosura interior de mi hijo?
¿Las cenizas de una persona sin vida se parecen a otras conocidas?
Nunca hubiera dejado el cuerpo yaciente de mi hijo en otros sitios que el no hubiera elegido con antelación.
Sabés que mi familia posee una bóveda.
¡Por favor!
No lo acepto.
¿Tiene más valor el cadáver de alguien que ha nacido en la opulencia que otro que pide después de todo seguir siendo libre?
¿Cuál es el sentido de erigir un monumento de costoso mármol si quien lo habitará no podrá verlo?
¿Hasta dónde llega la hipocresía de los terrenales?
¿Por qué la manía de seguir insistiendo en el tanto tienes tanto, vales?
¿Cuál es la sutil o grosera diferencia?
¿El patrimonio cambia la esencia?
¿No mueren igual todos los que han quedado sin vida?
No me contestes que existen muertes violentas.
Las hay.
Lo reconozco.
Las estadísticas y todo aquello que cosifica a los humanos o terrenales son deplorables.
¿Sabés que prefiero?
La imagen del labriego cantando a la vera de un río.
Estaba dejando en sus cursos las cenizas de su mujer amada recién fallecida.
Sorprendido el pensador oriental Lyn Yu Tang, lo interrogó sobre el motivo de su alegría mezclada con la tristeza del adiós eterno.
Sin hacer uso de palabras rebuscadas para demostrar aquello que no corresponde, pronunció una verdad absoluta e irrefutable “De la nada vino a ella regresa”
¿Para qué disfrazar las palabras cuando la vida te asesta todos los golpes.
¿Les resulta duro leerme?
Puedo asegurarles que duele mucho más la ausencia de mi amado hijo.
¿Por qué llamo a todo por su nombre?
Es m9i manera de expresarme.
Nunca me han gustado las máscaras.
No las acepto.
Cada suceso de la vida tiene asignado un nombre real.
Puede agradarte o producirte rechazo.
No puedo solucionarlo.
En mi mundo trato de desalojar las entelequias.
En todo este tiempo sin poder besar al ser que más amo en la vida, no tienen cabida.
Puede ser que esté en el camino equivocado.
Por ello a cada uno de los que me leen que afortunadamente no son pocos, me ayuden a dilucidar ¿Cómo se llama a los muertos?
¿Creen que quise tener un hijo en esa condición?
Nunca.
Tampoco aceptaré los designios, caprichosos del destino.
¿Para que sigo en suelo terreno?
No lo sé.
Muchas veces he tratado de resolver esas vacilaciones, ante el requerimiento de la verdad o sustento, la mayoría de los que creo poseen la respuesta, se esconden.
¿Son cobardes?
Diría que sí.
Atacan a un ser manso.
Menosprecian su intelecto.
No les importa el dolor al que he sido sometida.
¿Son personas?
Tengo demasiadas dudas.
¿Por qué todos callan, cuando debieran responder?
Como dijera William Shakespeare, en otras de sus frases del alma tan conocidas ¿Predomina la cobardía?
¿Quiénes me mantienen cautiva, son entes o personas?
¿Se sienten poderosos al timar como prisionera a una mujer vulnerable a causa del peor suceso ocurrido en su existencia?
¿De dónde han nacido?
¿Es demasiado investigar sobre sus orígenes?
¿Por qué si intenta manipularme sin éxito quieren doblegarme?
¿No han percibido que es mi hijo quien me otorga fuerzas para seguir en suelo terreno sin saber muy bien para qué?
¿Cuál es el gozo?
¿Han conocido el espanto?
¿El absoluto desamparo?
No soy una presa fácil.
La luminosidad de mi hijo puede atravesarlo todo.
Es verdad.
Desea que permanezca en la tierra.
¿Para qué?
No lo se.
Podría afirmar que su generosidad no tiene límites y desea evitar conozca la antesala de la muerte, desconociendo, es lo que más anhelo.
Hijito, no sigas dilatando el tiempo.
Nadie me impedirá llegar a tu lado.
¿Cuándo?
En el momento que el aleteo de las mariposas blancas se detenga sobre las raíces de nuestras manos unidas para siempre.
¿Ocurrirá?
No tengo certidumbre.
Es la utopía que falta cristalizar para sentirme plena.
Mi equipaje está preparado.
Llevo una mochila cargada de besos que te corresponden.
Estoy dispuesta a enfrentar a mis carceleros.
No temas.
No es por venganza, sino para hacerles saber que el amor de una madre hacia su hijo es inconmensurable.
¿Cuándo aparecerás en mis sueños?
¿Has podido escuchar cada uno de mis ruegos?
¿Cómo es tu imagen ahora?
Te amo locamente.
Es posible que obre como una mujer desquiciada por el dolor mezclado con el más puro de los sentimientos.
¿Podrás reconocerme cuando llegue?
¿Falta mucho para alejar esta insistencia que desea verse coronada?
¿Conocés mi fecha de vencimiento?
¿Qué decirte cuando el amor prevalece por sobre todas las ocurrencias?
Tesoro, sabés de la intensidad de este amor y desamparo.
Nunca dejaré de pedirte desde la tierra, no olvides cuanto te quiere tu mamá.

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