Sunday, August 18, 2019
MIRADA TORMENTOSA
La lluvia logró despertarme casi a la misma hora que hablaste por última vez.
Cuatro de la madrugada.
El viento soplaba con fuerza, agitando las ramas desnudas de los árboles.
La vibración de los cristales de la ventana produjo temor.
Procedí a colocarle el seguro.
No suelo cerrarlas herméticamente pero ayer Eolo soplaba con demasiada fuerza.
Regresaría la calma en el momento que el cielo comenzó a llorar copiosamente.
Antes de media mañana, el cielo oscureció.
Confundidas se encendieron las luminarias de la calle.
El cielo era surcado por saetas violetas para terminar quien sabe adonde trayendo los desgarradores gritos de los truenos.
Según homero Zeus el dios de todos los dioses fue padre entre muchos hijos, de las divinidades, del viento y la tormenta.
Tifón el dios de los vientos demoledores quiso arrasar con los rayos que su progenitor porta en su cabeza.
Esa actitud desmesurada, provocó fuera confinado a las profundidades del Monte Etna.
De ese sitio arroja la lava encendida de los volcanes, mares de fuego produciendo horro a quienes deben alejarse de sus hogares. Causa daños irreversibles con el poder de su fuerza, capaz de traer terremotos y vientos conocidos en las zonas de oriente.
Mientras a mi mente llegaban los recuerdos de las deidades griegas, la fuerza del agua transformó la calzada en un río.
No fueron suficientes los desagües.
La luminosidad de los rayos producía efectos fantasmagóricos.
Entre las nubes densas apareció una mirada tormentosa, de ella pendía una lágrima que caería al caudal mencionado.
Ese ojo desapareció en el instante en que apareció una pequeña precipitación de granizo.
Deseaba ver nuevamente esa mirada profunda.
No la encontré.
Sabía que no era la tuya por el color.
No me has contado si al llegar a ese espacio enigmático donde se supone van los muertos, recuperaste tu cuerpo.
Extraño tus ojos color caramelo en los que solía sumergirme para llegar más a tu interior.
Comprobar una y otra vez la transparencia de los seres elegidos y dotados de intensa luz.
Añoro la tibieza de tus manos extendiéndose, para tomar las mías en los momentos inquietantes de cualquier tormenta.
Ayer por más que las busqué no pude encontrarlas.
Si es apacible la lluvia es atractiva.
Trae humedad a los cultivos, logrando revivan de alguna posible sequía.
Como todo en exceso produce daños imposibles de cuantificar.
Tu viaje final del que pronto se cumplirán cuatro años, fue una gélida y soleada mañana.
Tenues los destellos del sol ingresaban por la venta de la que fueran tu última habitación en ese sanatorio fatídico.
Nunca me cansaré de repetir la hermosura de tu cuerpo alejado del sufrimiento.
Habías recuperado el color de la vida de un recién nacido.
¿Por qué ocurrió?
¿Con esa hermosura se renace a otras vidas?
¿Quién podrá develar tantos enigmas que causan preocupación?
¿Sabías de mi anhelo de conocer tu estado actual?
¿Cómo transcurre el tiempo en el mundo de los que han partido quien sabe a que sitio?
¿Existe una remota probabilidad para producir esos famosos reencuentros del que todos hacen mención?
¿Puede tratarse de una realidad o es una faceta del universo de las entelequias?
¿Quién puede resolver alguno de estos dilemas acosadores, dolorosos, impensados, quién?
Tu arribo al mundo de los terrenales me convirtió en la mujer más feliz de la tierra.
La partida temprana, desazón.
A veces sueño con volver a encontrarnos en algún lugar, otras aparecen las contradicciones.
¿Qué será de mí sino te puedo volver a ver?
Pocos comprenden el desamparo sumado a la desolación y desesperación por darte un beso.
¿Es demasiado enorme mi sentir que nadie puede allanarme el sendero para transformar la utopía en realidad tangible?
¿Entienden que produce hartazgo, miles de abrazos destinados al ser que más amo en el mundo, mueren en la nada misma?
¿Es necesario tanto flagelo?
Es probable que algo no haya funcionado en nuestra vida compartida para ser merecedora de semejante tortura.
De haber ocurrido me gustaría que así como te llevaron con total impunidad, posean la entereza de comunicarme cuales fueron mis errores que no estás, físicamente a mi lado, como debería ser.
¿Existen las leyes naturales?
Hago referencia a las que en apariencia explican que son los hijos quienes deben despedir a sus mayores.
¿La vida de mi hijo fue la excepción?
¿Precisaban su luminiscencia?
¿Hasta cuando estaré cautiva en suelo terrenal?
No es verdad que deba cumplir alguna misión.
¿A que se refieren con esas palabras vacías, sin argumentos sostenibles en el tiempo?
Carece de sustento, mantenerme en este infierno del que deseo alejarme para ver a mi hijo.
¿Hasta cuando deberé esperar?
¿Por qué debo permanecer acá?
Hijo me gustaría emprender el viaje que tanto espero.
No claudicaré en concretar mi mayor deseo.
Nadie puede seguir reteniéndome contra mi voluntad.
No deseo que piensen por mí.
Otra vez te pido, tengas paciencia y sabiduría para esperar mi llegada.
Mientras ello ocurre repito mi clamor diario, nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=FPvqkDcufjc
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