Thursday, August 08, 2019
UN CIELO PARA LOS DOS
Ayer luego de nuestro enlace diario quise emprender un viaje en el tiempo.
Hacía mucho que no realizaba alguno.
Por primera vez escuché la voz de quien me transportaría preguntándome el destino elegido.
Era demasiado similar a la tuya.
Todas las emociones, cual mariposas espaciales revolotearon en mi mente.
Hubiera entregado trozos de mi alma con tal de escucharte nuevamente.
¿Fuiste vos quien preguntó hacia que época de la historia deseaba dirigirme?
¿Te causó sorpresa cuando di a conocer el derrotero?
Necesite viajar al momento en que después del conocido Big Bang, aparecieron los primeros rastros de vida humana.
Gea giraba solemne suspendida en el universo plagado de estrellas.
Supe que su hijo y esposo era Urano.
En la mitología romana la representación es Caelus.
Concibió sola a su descendiente.
Ello quedaría demostrado años después por el pensador Hesíodo, quien lo dejó como legado en una de sus más grandes obras “La Teogonía”.
Reiteró los dioses pueden traer a sus hijos al mundo en soledad.
Con Urano que perteneció a la categoría de Titán, fueron padres de casi todos los dioses griegos.
Una historia rica para quienes gustan visitar, como en mi caso, la cuna de la cultura.
En este caso no están los protagonistas, en suelo terreno sino que giran en el espacio.
Tienen la fortuna de estar cerca de las estrellas.
Como imaginarás Gea y su esposo son inmortales.
Madre prolífica, tuvo tiempo para atender m pedido.
Pudo reconocer de manera inmediata la visitaba desde otros siglos, posteriores a su reinado.
También comprendió mi necesidad de tener un trozo de cielo para los dos.
Ella, tiene la suerte de estar rodeada por toda su descendencia.
Sonrió dulcemente cuando expresé que de ninguna manera quería ser inmortal.
No tardó en formular una pregunta ¿Para qué quieres un trozo de cielo?
Con rapidez comente que era para tenerte a mi lado.
Las mamás de todos los mundos que he conocido, tenemos un idioma especial.
Gea, aseveró concedería mi pedido de tener un trozo de cielo para los dos.
Previamente debía consultarlo con el gobernador de ella, el firmamento y el mar.
Por primera vez tuve miedo de no poder concretar esa utopía.
En el momento que supe el nombre del gobernante, mi rostro palideció como si fuera un mármol.
¡Cronos era el gobernante!
Con todas nuestras disquisiciones tenía el no, asegurado.
La risa de Gea es cristalina como la de las estrellas.
Pidió que no me preocupara, pues todas las mamás que pierden el fruto de sus entrañas, discuten con el tiempo.
Urano no tardó en traerme un recipiente dorado con un líquido dulce para que me recuperara.
Ambos me pidieron lo bebiera con confianza.
Era el néctar de las flores del Paraíso.
Gea tomó mis manos entre las suyas.
Con la sabiduría que otorga el conocimiento de años incalculables de existencia, dijo que mi pedido sería concedido.
Son embargo me advirtió que las almas que están en el espacio de su esposo Urano, en ocasiones es difícil podamos encontrarlas.
En un estuche de cristal colocó la porción del firmamento que me había asignado.
Pregunté que era esa marca parecida a una armoniosa pincelada de color dorado.
Supe que podía tratarse de un rayo de sol confundido en la noche estrellada.
Una experiencia maravillosa.
La voz de la máquina del tiempo indicó que debíamos volver al punto de partida.
Antes de hacerlo pregunté a la tierra y su esposo en que sitio debía colocar la caja para conservarla.
En tu memoria fue la respuesta esperada, agregando “Si algún día no llegaras a verla, busca en cada uno de tus recuerdos”
Esas palabras me turbaron.
Pude comprender que las fantasías o mitos, no tienen la duración de las osas eternas.
He llegado a mi refugio.
Busco un sitio para colocar la caja de cristal.
La impotencia trae las primeras lágrimas.
El recipiente está vacío.
Una voz que amo repite dos veces “Te quiero ma”
El mundo de las entelequias es irreversible.
Gea cumplió con su promesa de otorgarme un trozo de cielo atravesado por un destello de Febo, confundido.
Pese a los espasmos propios del llanto pude entender que ningún sitio de mi refugio puede contener un trozo de cielo.
Aún cuando mi desesperación es verte corporizado, es ilusorio tener el cielo en una vitrina.
Más allá de cualquier circunstancia, tenemos nuestro propio firmamento.
¿Cuándo aparecerás en mis sueños?
¿Estás enojado o como a mi te ha entristecido el silencio inesperado?
No temas.
Las preocupaciones no deben ser parte de tu hábitat.
Te pido recuerdes uno de tus axiomas favoritos “Nada dura para siempre”
Afortunadamente tus hermanos de la vida están siempre.
¿Podrías abreviar los tiempos para pueda iniciar mi viaje final?
¿Por qué debo seguir esperando?
Todos conocen mis deseos.
No quiero permanecer más tiempo en suelo terreno.
¿Pido demasiado cuando expreso que anhelo darte un beso?
¿Hasta cuando permaneceré cautiva?
¿Podrás esperar mi llegada?
¿Me reconocerás?
Te amo con sentimientos que no pueden dimensionarse.
Cada una de estos contactos es un poco más, desesperado que el anterior.
Deseo sumergirme en la paz y profundidad de tu mirada para siempre.
Por favor, no olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=z5OrmRfhmS8
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