Buenos días
luz de mi oscura realidad plagada de opacidades.
Desperté
conmocionada.
Lejos de
tener un sueño placentero, había presenciado el horror.
Nunca en mi
vida estuve durante la virulencia de un
terremoto.
Ignoro cuál
fue la calificación de las escalas que los rigen.
Fue
destructor.
Parecía la
tierra rugía como un animal herido en un
parto inacabable.
Las paredes
de cada vivienda caían como trozos de papel.
La fuerza
hacia que los automóviles se subieran unos encima de los otros.
Es increíble,
solo quedó indemne una escalera en medio del caos.
Los
lugareños repiten que no se destruyó por serla que lleva a los cielos donde
quiero suponer estás vivo esperando el arribo demorado de tu mamá.
El polvo de
los ladrillos impide respirar normalmente.
Nadie pudo
tomar un barbijo antes de dirigirse a los refugios preparados a tal fin.
Mi paseo me
llevó al cinturón de fuego del Océano Pacífico, donde las placas teutónicas no
terminan de acomodarse, nunca.
Todo es
destrucción.
La Avenida
de los Cerezos tiene un aspecto fantasmagórico.
Todos los
árboles han sido arrancados de las veredas.
Algunas
flores pugnan por vivir.
Existencia
trémula, pues desde los tecos de las casas y paredes siguen cayendo trozos de
construcciones.
Ninguna
pagoda ha quedado en pie.
Ululan las
sirenas.
Claro aviso
de la presencia de un próximo tsunami.
¿Por qué la
tragedia se ensañó con la Isla de Tokio.
Intento
despertar.
En segundos vuelvo
a dormir para continuar con este sueño feroz.
Ante mí pasan
flotando los cuerpos de quienes minutos antes estaban en la playa.
Deseo
dirigirme a la escalera tan singular.
El cielo se
abre justo al final del último peldaño.
La figura de
un joven se recorta en uno de los escalones.
Los más
altos.
¿Mi vida sos
vos?
Comienzo el
ascenso.
Ahora
comprendo el por qué del sweter que viste el joven.
Hace frío.
No percibo
esa sensación.
El impulso es
llegar para darte un beso.
Ese beso con
el que sueño desde hace casi cinco años.
Preciso
concretarlo ahora.
Es
dificultoso subir.
Las piedras
de las construcciones fueron disparadas por doquier.
Otra vez la
desilusión.
La figura de
las alturas no sos vos.
Es un joven
al que le pediste me esperara sabiendo te buscaría.
Leonel me
cuenta estás ayudando a las víctimas.
Quedó allí
para esperarme y transmitirme un mensaje tuyo “Regresá a tu casa cuando se
reanuden los vuelos, este desastre puede repetirse.
Quiero estés
a salvo, te quiero mucho mami”
Tengo los
documentos en mi poder.
Como alguien
que vuelve de las entrañas del tiempo sacaré mi pasaje en avión para volver.
Siempre mis
sueños son incompletos.
Creí te encontraría
en el rellano de la escalera.
No eras vos.
Gracias vida
mía por dejar a alguien que explicara la situación.
Debí imaginar
estabas prestando ayuda.
Como
siempre, en instancias difíciles aparece tu solidaridad.
Deseo darte
un beso.
Deberé
esperar otra ocasión donde no aparezca la destrucción.
Te amo mi
cielo.
Por un instante
pensé podían cristalizarse mis utopías.
No es tiempo
aún.
Esperaré.
Hijo de mi
alma, por favor nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=T-O1RNM4GkQ
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