Quizás para
recordar esta fecha hace cinco años día que nos internamos de madrugada, el
cielo apareció límpido igual que entonces.
La última
vez que viajaríamos juntos, en el peor
transporte, una ambulancia que recorría la madrugada oscura, preludio de los
acontecimientos y ulteriores.
Es verdad.
Ambos
conocíamos el final.
Con fuerza
tratábamos de alejarnos sabiendo que la suerte no nos acompañaría.
El desastre
sobrevendría quince días después.
Liturgia de
días roídos por el horror.
Época donde
las historias y recuerdos nacían sin cesar con el propósito de amortiguar el
inesperado choque con la caída del telón.
Historias
inolvidables que nos permitieron tu tormento solo apareciera cuando te
visitaban los hombres de blanco.
¿Recordás la
máquina de escribir que tu abuelo
materno te regaló?
La había
heredado de sus antepasados.
Te contó
algo de la historia adaptada a tu corta edad.
Era de color
negro, de marca alemana como uno de los libros de mi autor favorito.
Murakami.
Me regalaste
muchos títulos del autor oriental.
Cuenta la
historia que la primera máquina de escribir nació a finales del siglo XVII en
el reinado de Ana de Estuardo en Londres.
Otros
historiadores la ubican en Alemania.
Sinceramente
debo reconocer que las procedentes de este país, eran una joya.
Inmediatamente
imaginé a los escritores de entonces.
Calculando
con la práctica los caracteres que cabían en una hoja de papel.
Escritura
artesanal.
A la
editorial que publicaría sus obras debía llegar todo de manera prolija,
conservando márgenes y el final de cada hoja de oficio.
No tenían
facilitado el trabajo como ahora que las impresoras se encargan de esos
cálculos.
Se facilitó
con la tecnología el trabajo de los escritores y todos aquellos profesionales
que las usaban, por ejemplo abogados y escribanos.
Cuantos
sueños se perdieron con el avance tecnológico.
Tu mayor
deseo es que mamá escribiera un relato en esa máquina.
Imposible
explicarte que no se podía pues la cinta de color negro y rojo tenía la tita
seca por el paso del tiempo.
Por fin
entendiste cuando tus dedos no se mancharon de tinta que no era una negativa de
mi parte sino que estábamos frente a un objeto que fue a parar a un museo del
municipio.
Bellos momentos
que permanecerán incrustados en mi memoria hasta el final.
Final que
demora en llegar.
Por más que
pregunte cuando sucederá, nadie responderá.
Muchos
relatos pasaron durante la quincena de la internación.
Con ellos
intentaba sacarte un poco del tormento al que eras sometido a diario cuando no
había mucho por hacer.
No se puede
luchar contra la ignorancia humanitaria de ciertos universitarios matriculados.
Si estuviera
en mis manos la vieja Underground, seguramente con tu ayuda conseguiríamos las
cotas que ya no se fabrican más.
Podría
escribirte de la intensidad de mi amor.
Compartí con
uno de tus hermanos de la vida el llanto de ese sueño conmovedor.
Nos
escribimos.
Hace mucho
que no hablamos por teléfono.
Además del
tiempo dl trabajo algo le impide utilizar esa vía de comunicación.
Nunca le
preguntaré el por qué.
Mañana
anunciarán otro tramo del aislamiento.
Es el más
extenso del planeta.
No emitiré
mis propias opiniones.
No tiene
sentido ganar enemigos por medidas que no se comprenden.
Deseo volver
a soñarte con esa sonrisa que no tenías la última vez.
Será
indicativo que tu tristeza se ha mitigado.
La distancia
eterna nos duele a los dos.
Quiero estar
a tu lado sin tantas dilaciones a las que no les encuentro razón de ser.
Aburre
reiterar conceptos.
Pareciera
les produce gozo el abatimiento de las madres que como yo han perdido un hijo.
No alcanzo a
comprender.
Jamás
comprenderé las posturas nacidas en el
autoritarismo y la soberbia de los que tienen cierto poder.
A esos seres
incalificables les digo que nunca bajaré los brazos y seguiré buscando hasta
encontrarte y así cumplir mi deseo de darte un beso, al que seguirán muchos otros
que están en la mochila donde los guardo esperando se concrete nuestro
reencuentro.
¿Ocurrirá?
Paciencia me
sobra, aprendí de vos.
De nada
sirve apurar los tiempos cuando del otro lado hay una pared.
Te amo con
intensidad, por ello te pido nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.
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