Friday, May 07, 2010

REAPERTURA PARA SOÑAR




Marina es la encargada del taller de costura del teatro Colón, allí conoció a Leonardo ebanista de la casa, contratado por su maestría para tratar finas maderas.

La pasión por el arte los unió, en un amor tan profundo que ninguna muerte será capaz de matar.

Atravesaron las épocas más felices del trabajo en ese lugar mágico.

Pelearon por sus derechos cuando los administradores de la ciudad olvidaban negociar los sueldos que percibían los empleados.

Hace tres años el teatro cerró sus puertas, debían remodelarlo para recibir el bicentenario de la patria.

Tabiques de madera escondían a la vista del público la entrada al gran teatro.

Adentro un ejército de duendes trabajaba sin horario para llegar a tiempo con las obras de restauración.

Ningún detalle quedaría librado al azar.

Ella, en los subsuelos observa que los trajes que lucirán los artistas estén en perfecto estado de conservación.

Sus manos como pájaros que aletean, acarician terciopelos, gasas y tules.

Acomoda las plumas de faisán que ornamentan los sombreros que utilizarán bailarines y cantantes en las óperas más conocidas.

Leonardo en las alturas cambia las piezas de madera, todas tienen que estar como si fueran nuevas para la reapertura de la sala.

Cuando la luna se cuelga del cielo regresan al hogar compartido.

Cada uno cuenta los avances laborales.

Ellos y sus compañeros ignoran que mañana será un día diferente.

El director del teatro los saluda como si fuera un día más, nadie sabe que momentos más tarde el famoso telón se correrá para agasajar a los que han dejado horas de su vida, logrando que esté todo impecable.

El atardecer traerá la sorpresa más grata, recibirán la visita de la orquesta estable de la casa, brindarán un concierto para ellos que hicieron posible llegar a tiempo con la remodelación.

Las butacas conservan los plásticos transparentes que las han protegido de cualquier partícula de polvo que hubiera intentado adherirse al rojo terciopelo.

En penumbras ocupan la primera fila de asientos.

Se encienden las luces de la araña de cristal, el director del teatro agradecerá a todos la dedicación que han tenido durante el tiempo transcurrido, sin la labor de cada uno no podrían haber llegado al final.

Atenúan las luces, solo los reflectores iluminarán el escenario.

Lentamente, majestuoso se descorre el telón.

Vestidos para la ocasión los músicos arrancan melodiosos acordes a los instrumentos.Las bailarinas comienzan a danzar.

Leonardo pasa su brazo por el hombro de su mujer transmitiéndole todo su amor.

Es hora de volver a soñar.


1 comment:

Marcelo said...

me quedo con la metáfora (no metáfora) "Cuando la luna se cuelga del cielo regresan al hogar compartido"...qué lindo, hubo ese homenaje??...no sé si lo hubo, pero el haberlo escrito es un homenaje a los trabajadores del teatro