En la antigua Grecia y su mitología se aseguraba que el Reino de los Cielos tenía pinturas, frescos y posteriormente se agregaron las acuarelas nacidas en manos de los artistas que tenían la pretensión de ser nombrados dioses o deidades por Apolo, hijo de Zeus y Leto quien por ser un Dios Olímpico contaba con muchos atributos, entre ellos cuidar todas las manifestaciones artísticas.
Fue tan importante que el famoso escritor Homero lo nombraba varias veces en su obra “La Ilíada”.
Sus detractores afirmaban que era la deidad de las sombras algo que jamás pudieron comprobar.
Encontró fidelidad en su hermana Artemisa quien a veces sin éxito explicaba que la Diosa de la noche, oscuridad y las sombras era Nixt.
Más allá de esas contiendas verbales el antiguo pueblo griego en su mayoría lo veneraba como el Dios protector de las artes en cualquiera de sus manifestaciones.
Nunca he sido hábil con las manos.
Pareciera que las letras están alejadas de la pintura que tanto admiro.
Sueño con poder dedicarte una acuarela pintada por mí.
Estoy segura que la colgarías del vértice de una estrella con el propósito que la melancolía de no estar juntos se diluyera como el agua que nunca se queda quieta, corriendo sin rumbo certero para que humanos y terrenales podamos admirarlas en su cabal dimensión.
Desde que no estás físicamente a mi lado paso muchas noches desvelada.
El silencio nocturno me permite estar aún más cerca de vos.
Comprendo que no te puedo ver como quisiera para darte todos los besos que tengo guardados, te pertenecen agua que las caricias o abrazos que es habitual que una madre regale a su hijo.
Me conforma a medias sentirte tan cerca de mí.
A quienes me preguntan suelo decirles que sos como un hermano siamés que permanece unido hasta que la ciencia intenta separarlos.
Esa percepción no logra que invierta los toles que el destino asignó para nosostros dos.
No necesito que ningún estudioso del comportamiento humano me recuerde que sos mi hijo y soy tu mamá.
Ni en sueños cambiaría el rol que la vida nos asignó.
Es posible que algunos terrenales piensen que he perdido la cordura ante un dolor que no se puede adjetivar.
A ellos que cuentan con una gran dosis de necedad no les respondo por la sencilla razón que no puedo pretender que sientan el horror de haber perdido un hij como vos.
A todas las madres les asiste el derecho de decir que sus hijos son los mejores, es así, son nuestra mejor obra.
Cada ser que viene a la vida ha sido concebido con amor.
Sos nuestro mayor tesoro el que llega a su plenitud cuando se trae al espacio terrenal un ser que derrama luz en cada uno de sus actos por más pequeños que sean.
Quienes tuvieron la dicha de conocerte saben que no te agrego virtudes que no fueran de tu exclusividad.
Como te imaginarás son muchas veces las que me pregunto ¿Qué hago aquí?
¿âra qué seguir?
Sigo despertando cada día muriendo un poco.
Mi familia chiquita me contiene, vos me sostenés.
Ayer me preguntaron ¿Cómo hacia para seguir después de un golpe tan artero cargado del dolor más profundo.
No pude evitar mis lágrimas al responder que además de ser el pilar que me sostiene para seguir sin saber para qué, hay otras almas que te cuidan.
Almas que te amaron con amor del bueno y se preocupan por tu bienestar en esta estadía que nos aleja temporalmente sin poder menguar la capacidad del nuestro amor.
Confío en todos los espíritus que te ayudaron a elevarte al Reino de los Cielos.
Pensar en ello me reconforta y trae pequeñitos atisbos de paz.
La verdadera la encontraré cuando llegue mi momento de partir.
Te amo como a nadie, eso lo sabés como también conocés que cada escrito que te dedico, siempre tendrá el mismo final, nunca te olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=Lc1bVMjVFKY
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