Thursday, March 30, 2017
RECUERDOS DE UN BOSQYE ESPECIAL
Pan es en la mitología griega era un semidios siempre acompañado de Ninfas a quienes solía espiar, era venerado por los pastores y se consideraba protector de los bosques.
Muchos lo comparaba con el Dios Dionisio.
En la mitología romana se le adjudicó el nombre de Fauno.
No tenía templos para venerarlo quienes lo hacían debían acudir a cualquier bosque de Arcadia y dejar sus ofrendas.
Hoy lo recordaba analizando a mi mente, bosques que conocimos los dos.
Te encantaba ingresar a ellos.
En el camino las ardillas salían del tronco de los árboles para brindarnos una canción de bienvenida.
A medida que con sumo cuidado avanzábamos por esos sitios agrestes parecía anochecer.
Los árboles se casaban uniendo sus ramas, la espesura de las mismas firmaba un techo de hojas que impedía se filtraran los rayos del sol.
En esos momentos sombríos sentía la presión de tu mano sobre la mía.
Te preguntaba si tenías miedo , tu respuesta era un no rotundo.
Pájaros de bello y coloridos plumajes callaban su melodía.
Ellos desconocen los relojes de los terrenales y la oscuridad lograba que volvieran a sus nidos con el propósito de no descuidar a sus crías.
Eras un niño demasiado curioso para tu edad.
No era fácil responderte de manera casual, todo debía tener un argumento sostenible en el tiempo.
No cesabas de inquirir qué había más allá del bosque.
Mi propuesta fue que siguiéramos caminando para encontrar otros paisajes.
Los conocía pero aún así quería ver tu reacción ante una manifestación de la naturaleza tan generosa.
Seguimos caminando un rato más.
Nos sentamos en un tronco para beber las botellitas de agua que cargábamos en nuestras mochilas.
Tus preguntas no tenían fin siempre en la búsqueda de algo más.
Ansioso por descubrir guardaste el agua querías seguir caminando.
En un instante los ratos del sol se hicieron visibles.
Recuerdo con la mueca de una sonrisa tu admiración por un espejo de aguas tan transparentes como quietas.
Esa instancia permitía que las especies arbóreas teñidas con los colores otoñales se multiplicaran en el lago.
Hijo de mi alma no sabés como me gustaría volver el tiempo atrás.
Disfrutar de tu mirada asombrada ante todo lo que veías.
Ojos de gran belleza que jamás debieron mostrarse cerrados en el sueño final.
Añoro el calor de tus manos entre las mías, tus besos con sabor a caramelo.
Es mentira que el tiempo cura las heridas.
Puede cicatrizarlas temporalmente, jamás eliminaras, un simple recuerdo las hace sangrar.
Como siempre te repito que te quiero de una manera demencial.
Sos parte de mí, descarto las teorías que dicen que nuestra conexión no permite que tu alma se eleve.
Se que estás en el Paraíso Celestial.
Así como te ruego que tengas paciencia para la espera no me cansaré de reiterar una y otra vez que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=YCpwtjveCCs
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