Con Laura viajamos en avión hacia un lugar escondido ubicado en la Patagonia Argentina.
Un viaje que se resolvió en el día para observar un eclipse anular de sol.
El pasaje era para volver uno día.
Me contagió su entusiamos y decidí acompañarla en una aventura estelar que jamás olvidaré.
Abordamos el pájaro de alas plateadas cuando la noche se despedía para darle paso al amanecer.
No es habitual presenciar un eclipse anular de sol dado que se da cada muchos años y es probable que ninguna de las dos próximas generaciones pueda extasiarse ante un fenómeno de la naturaleza que ocurre pasados muchos años entre uno y otro.
Un viaje para presenciar una maravilla estelar.
Mientras volábamos a esa bahía escondida en cada nube que miraba desde la ventanilla del avión me preguntaba en cuál de ellas estarías vos.
Tengo la certeza de haber visto reflejada tu cara bpnita en muchas de aquellas.
Llegamos antes de que se iniciara el evento.
Una camioneta nos acercaría a una reserva pingüinera y de lobos marinos a orillas del mar donde medios de todo el mundo habían colocado telescopios especiales para observar el eclipse sin que la visión de los turistas resultara dañada.
Los pingüinos nos recibieron con su traje de ceremonias, parecían estar vestidos e gala con su plumaje negro en el que se observar claramente una corbata de l mismo color.
Miraban a los intrusos turistas con cierto desdén.
Todos los que habíamos decido emprender ese viaje estábamos incursionando en sus tierras.
Los lobos marinos siguieron nadando como si no hubiera nadie en ese lugar tan solitario y agreste como mi alma desde que Dios te eligió para llevarte a su lado impidiendo que tus padecimientos mutaran a absoluta paz.
No he de reclamar nada, cima decía Platón para llegar a la muerte no es necesario estar enfermo sino tener vida que en algún momento se extinguirá.
Disfruté del fenómeno celeste pues te siento tan cerca que podía observar la calidez y ternura de tu mirada tan triste como profunda.
El evento duró poco más de tres horas, horas en las que hablé con Dios como si fuera un hermano sin llegar a las tradicionales oraciones.
Mi alma desgastada por el dolor de tu ausencia sabia que vos mirabas lo mismo que tu mamá desde las puertas de la eternidad.
Hubo aplausos y lágrimas ante la magnificencia de la naturaleza, las mías rociaban cual gotas de cristal tu recuerdo permanente.
Por la tarde llegaríamos a nuestro lugar, dos gaviotas me esperaban ansiosas para que les contara de esta experiencia que no se puede adjetivar.
Las abracé con tanto amor de ese que se guarda para entregarlo son disimular.
La mirada de un ser especial como Onur nos indicó que todo estaba bien.
Desde ese día en que observé el eclipse donde la luna orgullosa se interpuso entre el sol y la tierra, sueño que cada noche una cinta imaginaria me permite sostener entre mis manos esa belleza plateada que inspiro a tantos artistas que la plasmaron en sus versos o en la tela del más eximio artista al plasmar en sus telas la luna misteriosa para la posteridad.
Luna para soñar.
Luna que sostengo en mis manos pensando que te acuno a vos.
Luna misteriosa que a todos obsequia placer.
Luna que sin condicionamientos me permite estar aún más cerca de vos para decirte cuanto te amo y te amaré.
Imagino que así les sucede las mamás que han tenido la tragedia de perder a un hijo como vos, sortilegio de luz.
Ya no mido el tiempo que debo esperar para llegar a tu eternidad pues te siento vivo en cada centímetro de mi piel.
Esperaré no tengo otra alternativa, mientras el tiempo transcurre inexorable solo te reitero mi pedido de siempre, nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=4JA76A8r-Ys&t=2389s
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