TUS NUBES MI DESVELO

Espacios majestuosos, ingrávidos, solitarios como mi alma desde que no estás.
Así son las nubes del cielo en el que habitás.
Las miro a diario y en cualquier lugar, prefiriendo los lugares despoblados que me permiten observarlas en su cabal inmensidad.
Estoy sentada al borde de un lago de aguas tan transparentes como quietas, allí se reflejan esas nubes coloridas que parecieran traer un mensaje de paz y sosiego con el propósito de morigerar los dolores del espíritu.
Dolores que aún cuando pase el tiempo solo desaparecerán cuando la materia se desvanezca y por fin podamos encontrarnos en la eternidad.
Nubes que adornan el universo celestial.
Nubes que admiran su propia belleza al tener la posibilidad de reproducirse en los espejos de agua tan tranquilos en ciertos momentos que parecen si vida aún cuando el agua es un elemento vital para subssitir.
Nubes que cambian de color para que el terrenal busque un refugio seguro en el instante que como sombras dantescas ennegrecen el cielo azul.
Nubes con matices amarronados anunciando una tormenta de viento que no dudará en desvestir las ramas de los árboles, en algunos casos tan potente que los arranca de la tierra produciendo daños irreparables.
Nubes blancas como aquellas de un pasado reciente donde pasábamos horas buscando imágenes reales en sus formas de algodón.
No es el caso de hoy en que muestran voluptuosa hermosura de suaves colores engalanando el cielo azul.
Temprano partieron las gaviotas en búsqueda de su destino en formación.
Opté por caminar hasta este sitio soñado donde la naturaleza se muestra en todo su esplendor.
Quizás en otros momentos las nubes se mostraron perfectas como si hubieran sido imágenes nacidas del pincel de un eximio artista.
Pueden haber sido instantes en los que mi pensamiento estaba ocupado en otras cosas que hoy son nimiedades.
Tengo la certeza que detrás de ese espectáculo maravilloso pasó tu mano angelical ofreciéndome un regalo celestial pues ayer me viste derramar algunas lágrimas ante esa cruz gigantesca que guarda en sus entrañas solo el envase de tus cenizas.
Tu alma no está allí, se elevó tan alto que me mira desde el Reino de los Cielos.
Sabés que mi desvelo es tener la posibilidad de verte un segundo para mirarte a los ojos y decirte sin hablar cuanto te quiero, siempre serás mi amor incondicional.
Entiendo que en la vida terrenal todo tiene su tiempo,
No tengo la potestad de ser quien manipule las manecillas del reloj para apurar su paso.
Mientras espero ansiosa te ruego que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

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