Saturday, August 26, 2017
FLORES EN EL ESTANQUE
Cloris en la mitología griega era conocida como una mujer de gran belleza.
Los hombres del Olimpo estaban enamorados de esa mujer tan frágil como hermosa.
Fue raptada por el dios del viento Bóreas.
Según Ovidio fue en su rescate el Dios Céfiro quien no tardó en convertirla en su esposa, como regalo por el enlace le brindó el tempo de las flores.
En la cultura romana es conocida como Flora.
Las mujeres jóvenes le rinden culto danzando en las calles.
Céfiro hizo construir en el palacio un estanque.
La idea original era que ella usara sus aguas especiales para no alcanzar jamás la vejez.
Su esposo quería que se conservara lozana, majestuosa, más allá del transcurso de los años.
Con el paso del tiempo Cloris decidió utilizar el estanque para que allí hubieran flores acuáticas traídas desde distintos puntos del mundo.
Para cumplir con su deseo Céfiro le pidió ayuda al rey del Caucáso
Quería que su mujer tuviera el estanque más exclusivo, por donde se deslizarían las especies maravillosas que solo su esposa podía admirar en su cabal dimensión.
Los distintos episodios bélicos dejaron en ruinas los fabulosos imperios.
Millares de años deberían transcurrir hasta que un descendiente griego construyera un palacio similar en un rincón de nuestro país.
Los arquitectos e ingenieros contratados a tal fin lograron una réplica de aquel imperio griego del que hoy no quedan más que piedras acunadas por la soledad de quienes sobrevivieron de aquellas guerras.
Se pueden destruir edificios enteros.
El hombre nunca llegará a hacer lo mismo con la memoria humana.
He tenido la oportunidad de visitar la réplica de ese castillo casi perfecto y armonioso como el del Olimpo griego.
Su dueño lo convirtió en museo con el único propósito que las nuevas culturas tuvieran acceso a los sitios más fascinantes de un capítulo de la historia.
Pese a vivir en un lejano país, jamás olvidó a sus ancestros.
Quienes lo conocieron le preguntaban por qué se hacía llamar Horacio cuando su identidad era de procedencia griega.
Al reducido entorno que lo asistía llegó a confesarles que ante la muerte de su esposa e hijo, decidió migrar a otro lugar del mundo y construir ese palacio sin nombre en honor a sus seres más amados.
Nunca le importó saber fehacientemente el monto de su fortuna.
Lo material no tenía valor alguno ante las pérdidas de sus seres más amados.
Con el paso de los años se convirtió en un ermitaño.
Solo conservó a su asistente y a los empleados que se dedicaban a mantener la construcción fantástica en condiciones para que otros terrenales la visitaran.
Antes de morir testó a favor del municipio la fastuosa propiedad, con la única condición que fuera convertida en museo.
A sus empleados los gratificó de manera generosa.
Al final de su vida despidió a todos quedando solo con una asistente que sería la encargada de cumplir con sus deseos,
Deseaba ser incinerado y sus cenizas debían regresar a Grecia.
Debían esparcirlas sobre las ruinas del famoso palacio que fuera dedicado a la diosa Cloris.
Hoy, en un día muy especial para mí, pues en dos días se cumplirá el segundo aniversario de tu partida hacia la eternidad. Paseo por el interior del majestuoso castillo.
Las ventanas tienen formas geométricas.
Desde ese punto se puede observar el estanque con flores.
No escucho las palabras del guía del museo.
Mis pensamientos están siempre a tu lado.
Salgo al exterior de la propiedad.
Es tan majestuoso como su interior.
Solo se escucha el gorjeo de pájaros de colorido y brillante plumaje.
El estanque está rodeado de doce estatuas que representan a los principales Dioses del Olimpo.
Las cascadas rumorosas detiene el vértigo de su canto horadando las piedras.
Sentada en un banco observo en silencio todo aquello que encuentro a mi alrededor.
El silencio es tan doloroso como tu ausencia temprana.
Mis preguntas nunca obtendrán respuestas.
Puede ser que llegue a escucharlas en el momento del ansiado reencuentro.
Mortifica la soldad de tu partida inesperada.
Imposible evitar las primeras lágrimas que comienzan a rodar como gotas de rocío al evocarte.
Es tan grande e imperiosa la necesidad de verte qye creo observar la belleza abstracta de tu rostro inmóvil en el fondo del estanque con flores.
No me avergüenza no saber rezar.
Solo aprendí desde que no estás a conversar con ese Dios en el que debo creer.
Sé que te recibió en sus brazos en el instante del paso de una vida a otra.
Me tortura no poder haber hecho nada más para retenerte a mi lado.
Me perturba no saber si pudiste entender el amor que te tuve y tendré por siempre.
Muchas veces no sabemos manifestar clamor que sentimos.
No solo le pido a Dios que apresure mi estadía terrenal.
También lo hago con aquellos ángeles que te antecedieron en el camino.
Tengo la certeza plena que ellos te cuidan.
Seres maravillosos que atenúan la espera de momento que tanto espero.
Te preguntarás por qué esa certidumbre.
La respuesta es simple, todos ellos te amaron cuando transitaban suelo terreno.
Eso me produce cierto confort.
Llegaré al extásis cuando por fin pueda abrazarte y besarte como antes del peor día de mi vida.
Mi única obsesión es verte,
Tener la oportunidad de darte un beso.
Solo el destino sabe cuando ocurrirá ese momento.
Mientras esperamos te reitero mi propuesta, por favor nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=Ye5vPAbilmQ
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