Uno de los diseños arquitectónicos, elijo el barroco.
Los escultores de aquella época han tallado la piedra con gracia y creatividad.
A las macetas que contiene flores le agregaron forma de grandes copas con la intención que luzcan más bellas-
Todos los pasajes tienen forma de arco.
Poseen guardas esculpidas en las que se pueden ver multiplicados, aves inmóviles que cautivan con si bello plumaje pese a que el mismo conserva el color de la piedra original.
También figuras aladas que llevan mi pensamiento hacia esa eternidad tan lejana y desconocida que desde hace casi dos años se convirtió en tu nueva casa tan lejos de mi.
Arcos de piedra que llevan a imaginar que bien podrían ser una entrada al cielo luego de atravesar el mar.
Hace exactamente dos años, en una madrugada fría los dos emprenderíamos un viaje a una institución sanatorial.
Si bien en tu carita se mostraban los primeros signos de la enfermedad, la inconciencia de esta mamá se aferraba a una esperanza que definitivamente no fue.
Recuerdo cada una de las palabras que nos dijimos en ese viaje del que jamás pensé volvería sola, en absoluto estado de desamparo.
Uno de tus amigos me decía días pasados por teléfono que era tanto por lo que había pasado que desde su óptica pensaba que era tiempo de replantear esto que se parece a una vida, optando por no estar pendiente de las fechas del calendario.
Probablemente en algún punto tenga razón.
Como he manifestado en otras ocasiones acepto todas las sugerencias.
Desearía que esas personas que me aconsejan con amor supieran que la falta de un hijo de a la madre en total estado de indefensión.
Nos sentimos más vulnerables, imagino que se debe a que el destino sin anestesia nos arrancó de un segundo al otro una parte nuestra.
Quienes estudian el funcionamiento de la mente, reacciones y emociones dicen que un ser humano es capaz de superar todos los duelos con el paso del tiempo, exceptuando el de un hijo.
No escuché la campana que más me convenía sino que consulté a varios científicos y neurobiólogos.
Cuando perdemos un hijo comenzamos a morir un poco cada día y eso solo puede comprenderlo en su cabal dimensión quienes hayan atravesado tragedias similares a la mía.
Con esas mamás dialogamos el mismo idioma de un dolor infinito que nada puede morigerar.
A ciertos terrenales les agrada vivir en soledad, más cuando tienen deseos de escuchar a sus padres o amigos levantan el teléfono y pueden dialogar más allá de cualquier distancia
¡Qué bello sería oír nuevamente tu voz!
No siempre se dan esas posibilidades de sentir plenitud en el corazón.
El destino en muchas ocasiones es cruel y priva a una madre de la necesidad imperiosa que tiene de besar a su gijo.
Es el momento en que ella se pregunta ¿Cuál fue el error que cometí para recibir semejante condena?
¿Qué me faltó hacer para retenerte a mi lado?
Interrogantes que algún día cuando estemos nuevamente ocupando el mismo cielo, tal vez sean respondidas.
Mientras tanto me debato en la incetidumbre de no saber en qué fallé.
Te amo profundamente.
Te pido que no te canses de esperar y también que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=Dr-kbIAd6H4&vl=es
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