Sos el ser más luminoso que conozco en esta existencia sin sentido.
Cada vez que doy inicio a estas conexiones mágicas, busco imágenes que lleguen a ese espacio enigmático en el que deseo estés, en el caso de existir, que alegren tu visión.
Conociendo tu esencia, se que te llegan con el mismo amor que utilizo para buscarlas.
Hoy no es una hornada parecida a las otras.
Hace casi cuatro años, aparecieron los primeros signos del final.
¿La primera señal?
Palidez en la transparencia de tu rostro amado.
Pómulos demasiado definidos.
Ojeras en los párpados inferiores.
Violetas como el crepúsculo circundaban la serenidad de tus ojos parecidos a dos castaños a punto de dar sus primeras flores.
Una tarde como la de hoy, como si fueran las olas del mar cuya cresta espumosa muere en la playa dejando su estela blanca, para luego desaparecer ante el final de otra, buscabas en la biblioteca algo que supuestamente leerías.
Simulé leer.
Lo he relatado con infinitud.
Nada encontrarías en los libros ordenados como testigos del horror que sobrevendría luego de treinta aciagos días.
Eran preludio del destino que te tocó.
Destino cruel que jugó con siniestra ventaja.
No tenía la misma igualdad a la hora de enfrentarse al final.
Sabías de tu muerte.
Entendías que atravesabas el final de una vida, pletórica de felicidad.
Transitarías en absoluta soledad, los intrincados senderos de la oscuridad.
¿Por qué conociendo ambos el fin, eludimos hablar del tema?
¿Pude el amor incondicional, ocultar la tragedia?
No.
La soledad, el desamparo total, atraparán al quien queda en suelo terreno.
¿Cómo no preguntar por qué?
¡Lo sé!
Nadie responderá a esta madre quebrada por el dolor.
Mujer que sobrevive porque es el deseo del ese ser de luz que trajo a la vida para que viviera.
¿Por qué tuve que presencias su muerte con impotencia?
¿Cuál fue la causa para que mis manos portando caricias no fueran capaces de alejar el rigor mortis?
¿Fue necesario que mi hijo además de avizorar la muerte se diera cuenta de la ocurrencia de la misma?
¿Cuál fue el impedimento que impidió razonara y convierta nuestro refugio en una sucursal de una institución sanatorial?
¿Por qué aferrada a la esperanza de una sobrevida confié en esos mamarrachos que sabía que el final era el peor?
¿Por qué esperé confiada?
¿El amor incondicional transforma en tontas a las madres que parieron a un hijo?
¿Por qué no te di la posibilidad que murieras en nuestra casa, rodeado de tus cosas?
¿Por qué siempre revivo lo mismo?
¿Qué haré un día como hoy de agosto del dos mil quince cuando cerramos las puertas de nuestro hogar?
¿Por qué la esperanza estupidez?
¿Por qué la ilusión de una cura que jamás llegaría impidió esperáramos a la siniestra mujer representada con un vestido negro, viniera al lugar que estábamos?
¿Por qué creí en esos espectros de casacas blancas que solo querían utilizarte como un tubo de laboratorio?
Es tarde.
Hoy el destino me golpea con el desamparo.
Fuiste sabio a la hora de decir que me quedaría en absoluta soledad.
Puedo estar en medio de una multitud.
Ello no aleja el desasosiego de no tenerte.
Es cierto.
Estoy cada vez más sola.
Fueron tus últimas conclusiones antes de partir.
Conmueve hasta la última fibra de mi ser, le hayas pedido pocas horas de tu muerte al entorno más cercano, cuidaran de tu mamá.
Lo hacen
Siempre seré agradecida con esas actitudes de cariño.
No alcanza a la hora de despejar la desolación.
¿Cómo has sido tan sabio y generoso para en el final pedir por mí?
¿Saben mis lectores que mi hijo adorado, a menos de cuarenta y ocho horas de entregarse mansamente a los brazos de la muerte, tuvo la grandeza de pedir por su mamá?
¿Cómo sabía siendo tan joven, recibiría los cachetazos de la soledad?
Hijo de mis entrañas.
Te ví padecer.
Pese a que te informaba podíamos negarnos a esas practicas que convierten al humano en un ser reptante, aceptaste el manoseo para que siguiéramos juntos el camino de la vida.
¿Por qué no pudo ser?
¿Fue absolutamente necesarios nos dejaran en los umbrales del horror?
¿Habrían sometido a sus descendientes a tanto padecimiento?
¿En que lugar quedó el juramento a Hipócrates?
¿Salvan vidas o experimentan con ellas?
¿No piensan que a sus hijos les puede pasar lo mismo?
¿Por qué son tan crueles al preguntar a la hora de dar un parte médico, qué estudios tenemos as madres?
¿Son tan verdugos que no piensan que una madre lega sintió los mismos dolores al parir al hijo soñado?
¿Nacieron de una hiena?
¿Por qué siempre evadieron mi presencia?
¿Por qué el corazón insensible se un especialista, me pidió datos para redactar el certificado de defunción?
¿Era más importante el fin de semana que una vida que se pierde?
¿Cuál es la calificación a la que se hicieron acreedores?
¿Son tan necios que piensan seré quien los juzgue?
Mononeuronales, en ciertas ocasiones, pensaron opacar mi intelecto?
Una madre desesperada puede seguir
Pensando.
El dolor no borra las ideas.
Por el contrario ayuda a que las mismas se aclaren.
¿Por qué no aparecieron rasgos de piedad al usar a mi hijo como un ratón?
¿Nadie les ha informado que las crueldades se pagan en la tierra?
¿Se han creído exentos de atravesar las mismas circunstancias?
No pediré castigo hacia los que derramaron dolor.
Si existe ese ser tan misericordioso al que muchos hacen referencia, sabrá que debe hacer antes las conductas enemistadas con la humanidad.
Tengo un solo deseo.
Partir hacia donde está mi hijo.
Me necesita.
Pese a su sabiduría precisa la caricia de su madre.
Un beso.
La mano tibia, sosteniendo la suya.
El devenir de la muerte si existe otra vida más allá de ella.
Nadie podrá detener mi derrotero-
Es cuestión de tiempo.
La ausencia del ser que más amo en este y otros mundos, me sostiene.
Ignoro el por qué de mi permanencia en suelo hostil.
¿Es la pena a un error?
¿Cuál fue?
Nadie puede ser condenado sin conocer el delito cometido.
Hijito, los días venideros están cargados de horror y recuerdos,
Los segundos me sostienen.
¿Cuándo aparecerás en mis sueños?
He soñado con otros seres queridos que partieron después tuyo o antes.
Estados oníricos placenteros ¿Nadie conoce te necesito más en mi mente dormida?
¡Quiero despertar escuchando tu voz, llamándome!
¿Ocurrirá en alguna alborada?
¿Se trata de otra entelequia que no se puede cumplir?
Tesoro ayudame, a no sentir el peso de la soledad.
Quiero que tus palabras puedan explicar ¿Para que sigo, viviendo cuando deseo no respirar más?
Necesito sepas de la intensidad de mi amor hacia vos.
Nunca pediré me ayudes a continuar pues he cumplido en demasía mi presencia terrenal.
¿Podrías llevarme a tu lado prontamente?
No te preocupes.
Nadie recordará a esta mujer rota.
Tampoco estoy en la búsqueda de piedad.
¡Quiero partir!
Nada me retiene aquí.
No deseo se cumpla tu último, vacticinio.
Mil veces prefiero emprender el viaje hacia tu encuentro.
No puedo portarte en mis brazos como lo hace con un ramo de flores la mujer de la imagen que antecede a mis letras.
¿Las llevará a un ser querido muerto?
Te amo más que a nadie, por ello te pido que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=vFD2gu007dc
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