Hoy hace exactamente un año y medio que no te tengo a mi lado físicamente.
Me gustaría encontrar las palabras exactas que definan el sentimiento de una mujer que ha perdido a su hijo.
Tengo perfectamente asumido que no soy la única que ha pasado por esta instancia tan inexplicable.
A quienes me leen quiero decirles que escribirle a mi hijo es hallar entre el dolor inmenso que significó su partida un pequeño oásis donde la paz parecería querer instalarse sin estar muy decida a concretarlo.
Mis musas me permiten establecer una conexión especial para sentirlo aún más cerca de mi alma.
En el ámbito terrenal cualquier mamá para tener más cerca de su hijo, lo busca, lo abraza, acaricia, ejerce todas las acciones que le permitan sentir el calor de es ser muy cercaca suyo, tanto que logran fundirse.
En mi caso no puedo más que acariciar el cristal del monitor de la computadora ya que su imagen es el fondo de pantalla, puedo acariciarlo con todo el amor inmenso que le tengo pero mis dedos no reciben el calor de su rostro.
Los filósofos y poetas tienen una concepción de la muerte bastante parecida entre ellos.
Para Platón filosofar es prepararse para morir, Homero en la Odisea noi solo le canta a la muerte sino que dice que hay que estar vivo para después sentarse a esperar la muerte.
Shakespeare en Otelo expresa, no morimos porque estamos enfermos sino porque estamos vivios.
Más allá de las interpretaciones filosóficas o poéticas a mi me gustaría que sobre el tema se hablara con mucho respeto. Se escuchara a quien está tratando de salir del peor momento de su vida sin decir por ejemplo “Estás así porque no le ponés garra” a lo que respondería “Estouy así porque mi hijo está muerto”.
Solo quines hayan pasado por instancias similares pueden entender el estado de ánimo de quien todos los días le escribe a su hijo.
Hijo necesito hacerlo para sentirte aún más cerca aún cuando no pueda verte.
Sabés porque desde tu cielo vos si podés verme que no todos los días te recuerdo llorando,
Imposible evitar la mueca de una sonrisa cuando evoco tus travesuras.
Me hubiera encantado que te conocieran más personas para que comprendieran que no exagero ni un ápice cuando hago referencia a tu luminosidad, tus cualidades y lo solidario que fuiste con todas las personas te conocieran o no.
Pocas veces se encuentran en un joven tatos valores, no lo digo yo sino tus amigos que siempre recuerdan alguna anécdota que vivieron juntos.
Como hijo el mejor siempre pendiente de mis necesidades.
Extraño las largas charlas que manteníamos tan solo mirándonos.
Sé que estaremos unidos en forma perpetua, he sentido que me levantabas cuando estaba vencida.
Te pienso tan hermoso como eras e imagino que la eternidad aumentó la hermosura.
El tiempo no cura las heridas, es posible que intente cauterizarlas dejando que la cicatriz quede expuesta hasta el final de la propia existencia.
Como expresara en muchas ocasiones te quiero desmesuradamente.
Te recuerdo cada segundo de mi vida, sueño con tener la posibilidad de soñarte.
Diez y ocho meses son demasiado tiempo para que una mamá no pueda darle un beso a su hijo.
Hoy que recuerdo el día más triste de mi vida quiero que sepas que como siempre mi corazón late junto al tuyo.
Solo me resta esperar mi tiempo, mientras lo hago te pido como siempre que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=r_8TAkJ6ZAg
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