Entre tanta s cosas que compartimos juntos estaba la belleza por los colores que regala la naturaleza.
Fascinados elevábamos nuestra vista al cielo cuando el sol decidía que era el horario de irse a descansar para que también descansaran las pieles de los adoradores de Febo.
Concidiámos que el mejor sitio para esperar el crepúsculo era un lugar abieto.
Se ser posible visualizarlo desde la orilla del mar.
No solo la espera celeste tomaba colores púrpuras, al reflejarse en el mar el agua se teñía de ese color tan especial.
Me niego a visitar los lugares que conocí con vos.
Sentiría que la soledad ante la inmensidad del paisaje tiene iguales o mayores dimensiones.
Por ello prefiero recordar esos mágicos instantes del ayer recreándolos solo para nosotros dos.
No hace mucho te hablé de la diosa griega Eos, divinidad del ocaso o atardecer, madre de cuatro hijos.
Uno de ellos murió asesinado.
ese a que le puedaban otros tres herederos nunca se pudo reponer, el dolor que causó el asesinato de su heredero, logró que tomara una decisión, considerando que sus otros hijos habían firmado sus familias Eos optó por vivir en el cielo con el propósito de reunirse con el ser que había traído a la vida.
No fue fácil para la deidad conseguir qye se reuniera el Consejo de Ministros del Olimpo, menos conseguir la mayoría de votos que le permitieran cumplir su objetivo.
Después de varias jornadas logró el acuerdo que daría cumplimiento a su gran anhelo.
No le resultó fácil encontrar a su primogénito en el primer intento.
Por ello cuenta la mitología ue cuando las flores amanecían húmedas por las gotas de rocío esas gotas eran parte del llanto de Eos que aún no había podido reunirse con su amado hijo.
Me siento identificada con esa deidad por el solo hecho de ser una diosa madre.
Como yo nunca cesó en la búsqueda del ser que más se ama en la vida.
No dudó en dejar suelo terrenal para verlo.
Deralle que marca la diferencia, personalmente no puedo ascender al Reino de los Cielos porque no es mi momento, aún cuando esté cansada de esperar, máxime cuando la vida en la tierra no tiene razón de ser.
No puedo revelarme sino someterme a una espera interminable, ingrata.
Los tiempos mal invertidos no dejan nada.
El mío es uno de esos tiempos.
Ignoro cando se concretará mi suelo anhelado por ello te pido que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=hAjAwnJ511c
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