En invierno, el frío acompañado por el viento logra desnudar las ramas de los árboles formando crujientes alfombras en tonos rojizos, dorados, pequeñas pinceladas de color verde que se resisten a regresar en la próxima primavera.
Es época de poda.
En cualquier vereda se encuentran jardineros podando las distintas especies para que crezcan con más vigor.
Suave la brisa arrastra una de las tantas caídas a la vereda trayéndola a mis pies.
No tiene demasiadas hojas.
Como si el frío las afectara, están casi juntas en el extremo de una rama de color gris tan oscuro como la tristeza de un corazón apresado por el dolor que producen las pérdidas trágicas cunado el destino decide arrancar de los brazos de una madre a su jijo amado.
Me llevaré a mi refugio esa rama que no quería estar en soledad.
Las hojas permanecen frescas, son sobrevivientes del otoño.
Los colores son variados, solo hay una de color marrón,, parece una vida a punto de extinguirse, otras son doradas y una sola conserva tonalidades verdes y rojizas.
De todas es la más bella, la más sana.
Me pregunto qué significarán los colores rojos.
Dejo volar la inspiración concluyendo que es la sangre en movimiento que le permite conservar su frescura.
En otro relato ten envié hojas parecidas.
Éstas me parecieron atractivas y como siempre pensé en vos.
Quiero preguntarte ¿En la eternidad existen las cuatro estaciones?
¿Desde que se ja convertido en tu nuevo hábitat has visto alguna vez gotas de lluvia?
Pienso que aquellas son las lágrimas de los ángeles que en momentos de angustias derraman su llanto pues extrañan a los seres amados que han quedado en suelo terrenal.
Espero equivocarme.
No me gustaría que lloraras por sentirte en un ambiente diferente al que quizás cueste acostumbrarse.
No me imagino la vida en la esfera celestial.
En ocasiones pienso que allí han coronado como reina a la paz y armonía.
En otras mis pensamientos son turbios.
Es difícil que congenien distintos caracteres en un lugar desconocido por todos los que arriban a diario.
En esos momento prefiero leer pasajes de la Divina Comedia del gran poeta florentino Dante quien describía el Paraíso Celestial plagado de atributos que lo convertían en el sitio perfecto para transitar el después.
Sabés que mi mayor deseo es llegar a ese después para encontrarme con vos de esa manera podré ejecutar todas las acciones que hacen las mamás con sus hijos, besarte, acariciarte y sobre todo mirarme en tus profundos y bellos ojos.
Te extraño, el amor cada día es un poco más grande.
Es feo esperar sin conocer la fecha en que se partirá.
Mientras espero ese momento tantas veces soñado, solo te ruego que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=zFsZTYdwkHk
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