FOTOS EN EL RECUERDO

No sos muy amante de las fotografías.
Pese a ello disfrutabas cuando fotografiaba paisajes de la naturaleza.
Remiso a salir en ellas solías comentar “Mamá ve una mosca volando y le toma una.
Ahora se usan los celulares de última generación que fueron reemplazando a las máquinas de fotos.
Conservadora seguí utilizando las máquinas de cierta edad.
Desde tu ausencia no he vuelto a usar aquella.
Muchas fotos se han perdido.
Cuando te preguntaba el destino que habían corrido, tu precioso rostro serio preguntaba ¿Tenés memoria? La respuesta era obvia.
“Las que tenías en cajas de archivo las tiré, lo mismo que antiguos álbum.
Las imágenes están guardadas en tu memoria.”
A ello le seguían besos y abrazos que guardo en el corazón.
Siempre vas un paso adelante del común de los terrenales.
Jamás te gustó acumular papeles.
Gozosa mostraba a quienes quisieran verlos tus boletines de calificaciones.
Tampoco están a la vista.
En ocasiones tenés razón.
¿Para que guardar fotos que con el tiempo van perdiendo su color, o ver reflejadas en las mismas las ausencias que no solo se notan, también producen dolor?
La memoria es como el disco rígido de una computadora.
Allí está todo prolijamente guardado sin ocupar lugar.
Evoco nuestros viajes por distintos paisajes.
Cielos celestes cuando aparece el amanecer llamando al alba.
Imposible describir tanta belleza.
Cielos morados con la aparición del crepúsculo, con su diaria invitación para que una a una comiencen a colgarse las estrellas y constelaciones.
Todas impacientes, formando un marco majestuoso para darle lugar a la luna en sus distintas fases.
Cielos con nubes espesas anunciando la llegada de la lluvia benefactora.
Emoción en nuestras miradas al observar los picos nevados de la cordillera.
Imágenes pintadas con el pincel de Dios.
Ríos cristalina rumoreando a su paso a las piedras con el propósito de desgastarlas naturalmente.
Mi realidad desde hace casi tres años, no tiene floridos jardines ni puentes colgantes bailando al son del viento.
Prevalecen los días grises, monótonos, pesados como si la humedad estuviera en su punto de saturación.
No presto atención al perfume de las flores vestidas de rocío.
Nada llama mi atención desde el día de tu partida.
Intuyo que en el lugar donde ahora estás, podes admirar ese otro mundo tan fascinante como misterioso.
Mi más preciado anhelo es estar allí con vos, igual que en el ayer no tan lejano.
Un mundo nuevo donde todos son iguales.
Sitio donde solo tienen cabida los valores y han desterrado par siempre la mezquindad.
Un espacio donde todos se ayudan para no extrañar a quienes desde suelo terrenal, ansiamos estar con todos Ustedes para volver a sonreír.
No te asombres por el horario de nuestra conexión literaria.
Distintas obligaciones impidieron que cumpliera con el ritual cotidiano de comenzar más temprano.
No es una justificación.
Lo importante es cumplir con aquello que me he impuesto.
No hay nada que se pueda comparar con el sentimiento de estar solos los dos.
Comprendo que el sueño sería completo si te pudiera visualizar.
No se puede.
Esperaré el tiempo que el destino imponga para verte y abrazarre.
Sentir la tibieza de tus manos al acariciarnos.
Se extrañan demasiado esas demostraciones de amor filial de las que estoy privada temporalmente.
Tesoro sabés que te amo con una intensidad difícil de definir.
Como siempre lo hago te pido que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=rLRCdamydjo