JUGANDO EN LAS ESTRELLAS

Siempre te gustaron los juegos donde era participante principal el intelecto.
La mayoría de preguntas y respuestas.
Tenés una memoria envidiable, es así que después de jugar varios días al mismo juego, siempre ganabas la partida.
No fue difícil entender que tu memoria guardaba las respuestas de cada interrogante.
Tu cara de felicidad al consagrarte ganador es inolvidable.
Como sabés me fascina observar estrellas y constelaciones.
La búsqueda de tu rostro entre aquellas será una constante mientras viva en suelo terrenal.
Anoche mientras te buscaba como siempre, logré visualizar uno de tus juegos favoritos, el famoso cubo mágico.
Se parecía bastante al que tanto nos costó conseguir, pues había pasado el furor cuando apareció.
Insististe tanto en muchas jugueterías que ganaste por cansancio de los vendedores, quienes decían que era para niños de mayor edad.
Lograste tu cometido.
Debo confesar que jamás pude hacer coincidir la hiera de colores.
Vos con pocos movimientos, lo tenías listo.
Comenzabas nuevamente.
Podías pasar horas con ese juego, que a mi me resultaba poco atractivo.
El cubo mágico que visualicé ayer en un cielo oscuro poblado de brillantes estrellas.
No se parecía demasiado al que tenías y regalé entre muchas otras cosas cuando se produjo tu ausencia inesperada.
Las noches estrellas son tan mágicas como misteriosas.

En la inmensidad del firmamento nunca se llegará a concluir que cada constelación de estrellas tiene planetas propios.
Los terrenales conocemos los nueve tradicionales a los que aludía el poeta florentino Dante en su obra máxima “La divina comedia”.
Texto que escribiera para convencer a su amada Beatriz que había otros mundos para explorar.
Mundos donde nadie los señalara por la diferencia de edad.
Mundos que los llevarían a consumar el amor que se prodigaban sin ser señalados.
Me c9omplace saber a través de la lectura tradicional de su existencia.
Por suerte
Esos pensamientos, son avalados por las ciencias que estudian la neurobiología.
Sabés que me he convertido en adicta a ese tipo de texto.
Logran de algún modo transformar el dolor en algo que podría denominar agradable.
Necesito de manera imperiosa comprobar que existe vida en otras dimensiones para que mis ilusiones que no son demasiadas permanezcan intactas.
Volviendo hacia el tema de este relato, el cubo mágico que pude observar, era diferente.
No todas las hileras mostraban cuadrados de colores.
En este caso cada cuadro estaba representado por personajes de tus historietas favoritas.
Pude esbozar la mueca de una sonrisa al mirar personajes de los famosos muñecos amarillos.
Nadie como vos conocía el contenido de cada capitulo.
No puedo evitar recordar que cuando nos internamos en otra unidad sanitaria, en el plasma de la habitación estaba la serie que amás.
Recuerdo que levantaste tu pulgar derecho cuando te ofrecieron cambiar de canal.
Solo un valiente que sabe que está a punto de dejar la vida terrena puede tener esas reacciones, para expresar su agradecimiento.
No puedo olvidar cada día tortuoso que te tocó vivir.
Hay historias que no admiten cambios.
Mi deseo siempre fue el mismo, preservar tu vida, aún cuando ambos conocíamos el final.
Callábamos para evitar i morigerar el sufrimiento.
Hasta el último suspiro me has tenido en tu mente.
Debe ser por ello que cada dí veintiocho me despierto a la misma hora.
Cuatro y veinticinco de la madrugada cuando ir última vez tres palabras, respondiendo a una de mis preguntas.
Tu último “Con ni mamá” está grabado con la sangre de los dioses en mi memoria.
Tan dulce como tierno.
A continuación tu voz se apagaría para siempre.
Sabés que te extraño de una manera difícil de adjetivar.
Tesoro sos y serás el eje de esto que podría considerarse una vida.
Te quiero por ello siempre te pido que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.


https://www.youtube.com/watch?v=cCg7sbzC6X0