Sunday, July 01, 2018
LIBRO DEL DESTINO
El destino es un enigma que nadie podrá descifrar.
La única certeza es que al nacer todos traemos al suelo terreno, un libro del destino.
Solo tiene escritas unas pocas hojas.
Las páginas en blanco se irán completando a medida que el tiempo transcurra.
Cada una de ellas, será fiel reflejo del desarrollo de nuestra vida.
Allí constarán todas las experiencias, las vivencias, sentimientos.
Todo aquello que ocurre en la existencia de un terrenal.
Cada libro es único e irrepetible.
Ninguno se parece entre sí, como tampoco tienen la misma cantidad de páginas,
Cuando la vida se extingue, el destino regresa para escribir el final.
Cada ejemplar es guardado en una biblioteca especial a la que ningún ser humano tiene acceso
En circunstancias muy dolorosas, pude ver el libro que portabas al nacer.
Las tapas son de color azul.
En letras doradas figura tu nombre, fecha de nacimiento y partida.
Tuve la oportunidad de leerlo.
Evocar cada pasaje de tu exigua existencia.
Acaricié las carillas como lo hacía con vos.
Es un libro que se destaca por su luminosidad.
Recrear cada momento de tu vida produjo una conmoción difícil de explicar.
Todos mis sentimientos pugnaban por salir para decirte y hacerte sentir una vez más la cantidad y calidad de mi amor hacia el mejor hijo.
Pese a que se trata de un texto, no muy extenso por el poco tiempo que viviste, está lleno de experiencias, aventuras que con gusto volveríamos a sentir.
Viajes, fotos, experiencias en los estudios, todo está en su contenido.
Siempre pensé que el destino, era un ente que no se corporizaba.
Que llegaba a los libros cuando debía escribir el final.
La noche del veintisiete de agosto, horas antes de tu partida, tengo la certeza de haberlo visto.
Mientras tu cuerpo era atravesado por el sufrimiento más cruel que se pueda imaginar, en silencio observé a un hombre a quien el tiempo no le otorgó edad, llevarse tu libro.
Buscó un lugar donde hubiera un escritorio.
Mientras los médicos te revisaban, solicitaban saliera de la habitación.
Pude seguir al destino hasta el lugar elegido.
Pese al frío de un riguroso invierno, abrió el ventanal.
La luna estaba en sy fase de cuarto menguante, igual que tu vida.
Las estrellas la rodeaban, como si la estuvieran protegiendo.
El destino a la luna de la luna comenzó a escribir tu final, muy cerca de tu habitación.
Regresé pensando si te tendría minutos u horas para besarte aún cuando estuvieras sumido en un sueño profundo.
Nuestras manos permanecieron enlazadas hasta que mi izquierda, apoyada en tu pecho, dejó de latir.
En ese instante la vida se me cayó encima.
Lloré las lágrimas acumuladas durante nuestra internación.
¡Qué rápido te fuiste mi tesoro!
La noche más larga y angustiante de mi vida.
Te perdía temporalmente.
Pese a saber que vivirías en mi ser, no lo pude aceptar.
Tampoco lo aceptaré mientras dure mi existencia.
Es terrible para una madre reconocer que su hijo ha muerto.
Una noche tan gélida como triste.
Rescato tus palabras de las cuatro y veinticinco de la madrugada.
En estado inconciente, cual si le respondieras a un ser alado, dijiste donde vivías.
En mi locura por perderte, te pregunté con quien vivías allí.
La mejor música resonó en mis oídos al escucharte decir, con la voz más dulce del mundo “Con mi mamá”.
Hasta el último de tus suspiros, estuve en tus pensamientos sumidos en el suelo postrer.
Mi hijo adorado no hablaría jamás.
Horas después el destino escribía el final.
¿Cómo no recordarte con el amor incondicional que nos tenemos, si sos el mejor regalo que recibí en mi vida?
Tesoro el destino se ha ensañado conmigo.
Se niega a tomar mi libro para escribir la palabra fin.
Debo esperar, por ello como siempre te pido que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=3VSQbGVHXlc
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