Saturday, July 28, 2018
TREINTA Y CINCO MESES DE DOLOROSA AUSENCIA
Sé como nadie que no te gustaban los símbolos religiosos,
Pese a ello elegí esta imagen para nuestra conexión daría, pues no es un día como cualquier otro.
Se cumplen treinta y cinco meses de ausencia que impiden a esta mamá lo más básico, darle un beso a su hijo cada mañana al despertar.
No es un día fácil, como los quince anteriores que coinciden con la fecha de nuestra internación, en la que nunca nos separamos, será una jornada con bajos y altos.
Desperté como cada día veintiocho a las cuatro y veinticinco de la madrugada, escuchando, las últimas palabras que pronunciaste antes de partir hacia otras dimensiones.
Guardo con orgullo esas tres palabras mágicas.
En estado de coma inducido hablabas con un duende imaginario a quien contaste tu lugar de residencia, con voz clara como si no estuvieras a horas de partir.
Se me ocurrió preguntarte
¿Con quien vivías en el domicilio perfectamente identificado?
La respuesta fue una caricia para mi alma y todo mi ser “Con mi mamá”.
Tres palabras tan dulces que aún en la eternidad seguiré recordando.
Hoy quiero contarte una leyenda ara que entiendas el por qué de la elección de la imagen.
Días antes de tu partida en varias oportunidades nombraste a Dios.
Quienes te conocemos sabemos de tu desapego por las instituciones que los hombres vestidos con sotanas negras o blancas nos hacen dudar.
En todo este tiempo que ha pasado sin tenerte físicamente he llegado a la conclusión, que ningún hombre sea sacerdote o Papa puede modificar la palabra de Dios.
Los últimos han demostrado que les interesa más la política que la palabra que dicen representar.
¿Te parece que vayamos al motivo de la imagen elegida para ilustrar esta conversación?
“Hace muchos años, en un lugar de Castilla en España, los monjes de un monasterio necesitaban una persona que se ocupara del ganado.
Ellos por sus obligaciones ecuménicas no lo podían hacer.
Es así que aparece un hombre llamado Joaquín.
Un ser fuerte como un roble de alta montaña y tan bondadoso como un cordero.
Fue contratado.
La paga sería comida y vivienda en el monasterio .
Joaquín era devoto de la congregación de la Virgen del Carmen, representada por sus contratantes.
Cada día que llevaba al rebaño a pastar llrvaba su rosario para rezarle a la virgen.
Contaba a los sacerdotes que el tenía contactos visuales con aquella.
Pasaron varios meses y Joaquín repetía su trabajo.
Una mañana mientras cabalgaba en su caballo recordó que se había olvidado el rosario.
Lejos de ofuscarse, arrancó unos juncos que estaban en la orilla.
Con otros palillos pudo armar un rosario para rezarle a su Virgen.
Al atardecer debía llevar el ganado al monasterio.
Fue a buscar el rosario rústico que había confeccionado.
En su lugar encontró una guirnalda de rosas tan perfumadas como bellas.
Separadas de diez en diez, hasta llegar al número cincuenta y nueve que son las cuentas que contiene un rosario de los que conocemos, más una cruz.”
Preso de la emoción volvió al convento.
Quería hablarles a sus empleadores del hallazgo encontrado a la vera de un río.
Desde entonces Joaquín se convirtió en devoto de la Rosa Mística.
Una leyenda preciosa que acaricia el alma de los mortales que hemos sido rozados por un vendaval.
Entenderás el motivo de la elección de la imagen.
Si bien rehusaste tomar a comunión como lo hacen los menores a determinada edad.
En los últimos días te aferraste a Dios.
Debo confesar que no soy fanática de los símbolos religiosos.
No sé rezar como lo hacen la mayoría de los cristianos.
Desde siempre converso con Dios con un diálogo humanizado.
Fuí bautizada, recibí la comunión como todas las niñas de mi edad.
Detesto a la iglesia como institución, pues quienes dicen representar Dios son hombres con sus miserias.
Cuando se convierten en políticos con disfraz de cordero, mi encono aumenta.
No cumplen con su misión pastoral.
Prefiero una verdad cruel a una mentira piadosa.
Mi vida, hoy no es un día fácil para mí.
Ninguno lo ha sido desde tu ausencia que no acabo de comprender.
Tenías sueños y proyectos para cumplir.
Sano de mente y espíritu.
Un día todo se desbordó.
Una locura que nadie puede interpretar.
Saliste con demasiada premura de suelo terrenal.
No quiero estar más aquí.
No me siento cómoda.
Mis conversaciones con Dios versan sobre ese tema en particular.
Sos mi prioridad.
No comprendo la hipo acusia de ese Ser Superior en el que debo creer.
No me escucha.
Parece que no entendiera que no deseo estar más en el mundo de los terrenales.
Tesoro no quiero avisar de tu benevolencia.
No deseo vivir más.
¿Podrás ayudarme a que se produzca nuestro reencuentro?
Te amo cada día un poco más, por ello siempre te pido que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=pwp1CH5R-w4
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