AL BORDE DEL ACANTILADO

Caminar por el borde de un acantilado produce bienestar que lleva a reflexionar.
A diferencia de sus hermanos los fiordos se ven cubiertos de follaje y son accesibles solo por vía acuática.
Los acantilados están formados por rocas desnudas que el mar golpea sin cesar.
Estoy en le borde de uno de ellos admirando la inmensidad del océano.
Lejos una línea imaginaria pareciera unirlo con los mismos colores del cielo que son desde hace caso veintiún meses se ha convertido en tu nuevo hábitat.
Mientras dure m existencia no me cansaré de buscar lugares bien altos para soñar que puedo llegar a tu cielo.
So lo lograra me bastarían instantes para llenarte de besos que mueren en mi boca.
Acariciarte como lo hace cualquier mamá con su hijo.
A diario recorro con mis dedos cada una de tus fotos.
El frío cristal del monitor nunca me devuelve nada.
Solo me recuerda que no estás físicamente a mi lado.
Imágenes que me llevan a un pasado reciente donde pese a alguna circunstancia adversa los dos éramos no felices sino tan compañeros y cómplices que podían compartir momentos gratos y de los otros que no lo son tanto.
Fotogénico como pocos tus ojos me miran desde la PC.
No pude ver tu mirada al partir hacia otras dimensiones.
Tus bellos ojos permanecían cerrados como si estuvieras sumido en ese sueño profundo reparador que tanta falta te hizo durante quince días de tortura y dolor.
Mientras sigo al borde del acantilado miro hacia el cielo tratando de encontrar la estrella o constelación que me dedique un guiño para entender que estás allí.
Nunca antes me había preguntado ¿Cuál será la temperatura en el cielo?
Los cinéticos dicen que a mayor altura la atmósfera es más fría.
No importa sé que los ángeles se abrigan con sus propias alas y cuentan con la contención de los ángeles mayores que los antecedieron en el camino,
La brisa marítima ha llamado al viento.
Las olas que rompen al pie de los acantilados comienzan a salpicar.
Siento frío no solo en el cuerpo sino en el alma.
Otra vez no te pude visualizar.
El destino no deja que cumpla mi derrotero.
No sabe que soy insistente y seguiré mirando el Universo hasta encontrarte.
Esa visión será el preludio del final que antecede a nuestro reencuentro.
Te prometo no desesperar por esa espera que se renueva cotidianamente.
En algún momento llegará.
Mientras ello acontece solo te pido que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

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