VOLAR SIN ALAS

Los aeroparques de
cualquier ciudad del orbe sus ruidosos.
Pasa siempre surge alguna dificultad que produce alguna demora.
Acompañé a Laura, debía abordar un avión con destino a México para asistir a un familiar que había sufrido una emergencia.
Momentáneamente no contaban con quien pudiera reemplazarla.
Al despedirnos nos abrazamos fuertemente. Asegurándome que en pocos días estaría de regreso.
Subí al espigón internacional para ver decolar el pájaro de alas plateadas que esperaba a los pasajeros en pista haciendo que el viento suave replicara fuertemente el sonido de las turbinas.
Me quedé mirando el despegue , la aeronave paso cerca de todos quienes estábamos en las terrazas del aeropuerto.
Por un momento pensé que estaría tan cerca del cielo que quizás podía verte.
Me hubiera gustado asir mis manos a la cola del avión, no para llegar con Laura a su destino sino para elevarme hacia las nubes mientras mis manos resistieran el esfuerzo.
No tengo dudas que habrías ayudado a tu mamá en esta locura.
Imagino que la sensación de volar en libertad es incomparable.
Es posible me detuviera en una nube y desde ella avizorar las otras con la esperanza de encontrarte como tanto deseo.
Rengo plenamente asumido que no soy la única mujer que ha perdido a su hijo, con ellas somos iguales, sentimos el mismo dolor que atraviesa con filosas dagas el alma cada mañana de ausencia.
Siempre recibo los consejos que me dan con el mismo cariño que son brindados.
A algunas les pregunto cuánto hace que no besan a sus hijos,
Las respuestas son parecidas, los despidieron antes que se dirigieran a sus obligaciones o estudios, en ese instante les respondo hace más de seiscientos veinte días que no puedo besar a mi hijo, como lo hacen Ustedes naturalmente.
Hay madres que tienen viviendo a sus hijos en otros paóses, sin embargo no están solas pues la tecnología les permite no solo comunicarse sino escucharse y verse, no tengo esa suerte.
Mi comunicación con vos son las letras que tengo la certeza te llegan.
Bolar sin alas no es haber perdido la cordura, es intentar acercarse al ser que más se amó en la vida sin importar el medio que utilice.
Como te decía de una nube saltaría a otra, buscaría las que estuvieran más altas flotando en el cielo.
Mi intuición me dice que de esa forma estaríamos más cerca.
Puedo escribir horas sobre la cercanía que establece la mente que permite te haya incorporado a mi alma por que siempre serás una parte mía.
Eso solo no me alcanza como tampoco sería suficiente para otra madre en las mismas circunstancias.
Tengo sed de verte, besarte acariciarte sin pensar que podré hacerlo en un futuro remoto.
Lo necesito ahora, ayer, siempre.
No acepto tener paciencia, no deseo interrumpir tu descanso eterno.
No es demasiado lo que pido.
Ambos sabemos que debemos esperar ignoramos cuanto tiempo insumirá esa espera que lleva a las lágrimas hasta dejar los cuencos que contienen los ojos completamente secos.
Mientras nos sometemos a esta espera urticante solo te pido que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

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