TOJO ATARDECER

Pareciera que el estío se ha adelantado, las temperaturas están por sobre el novel normal de la primavera.
Al atardecer pasa Laura a buscarme, desea mostrarme algo que descubrió.
Quiere mi opinión sobre una próxima pintura que ha nacido en su mente creativa como la tuya.
Pide apurarnos no quiere perder la imagen que ayer quedó grabada en su mente.
Nos dirigimos a la ribera.
No es lejos, son solo unas pocas cuadras que en auto se hacen en un suspiro.
Estaciona en la playa.
Debemos caminar unas pocas cuadras para encontrar una piedra de tamaño generoso en una de las curvas que tiene el curso de agua.
¿Te gusta?
Pregunta como una niña que ha encontrado un tesoro.
Tomará varias fotos.
Posteriormente entre las dos elegiremos la que tenga mejor luz.
Ahora entiendo su prisa por llegar.
La imagen es perfecta.
El atardecer comienza a despedirse para darle paso al crepúsculo con sus colores admirables.
Nada tiene que envidiarle el Sol.
Lentamente se vca ocultando detrás de esa pieza que seguramente la marea dejó allí.
En las fotos parece un cerro de dimensiones notables y el astro rey escondiéndose allí , logra que el atardecer se tiña de rojo rubí.
Esos colores me traen recuerdos compartidos con vos.
Estábamos en una provincia norteña.
Las sierras pertenecían a una cadena montañosa que inicia la Cordillera de los Andes.
Todas las tarde me preguntabas si le había colocado los filtros a la máquina de fotos.
Tu fascinación era verme plasmar tanto atardeceres como amaneceres que tuvimos la dicha de contemplar juntos.
Juntos también elegíamos el destino a visitar.
Hay momentos de nuestras vidas que son inolvidables.
Todos tenían una motivación diferente.
Los más lindos eran los viajes donde podíamos conocer las bellezas de nuestro país.
Podíamos pasar horas frente a un curso de agua.
Siempre había algo nuevo que nos sorprendería con la misma intensidad a ambos.
Ello hizo que repitiéramos destinos para que no quedara lugar o rincón de una provincia sin visitar.
Guardo con el amor más puro los regalitos que me hacías, desde una flor entre las hojas de un libro hasta objetos de alfarería que traías como souvenir, dedicados siempre a mí.
Esos pequeños y grandes detalles son los que añoro.
Disfrutar juntos todos los momentos del día.
Observar tus ojos enormes cuando encontrabas algo fuera de lo común.
Mientras te evoco en cada instante de mis días solitarios pienso que cada d´´ia avanzás un poco más en el camino de la eternidad.
No puedo pedirte que te detengas, no depende de vos.
Quisiera que me esperaras, pero ignoro cuando voy a llegar.
Sabés de mi premura por abrazarte y darte todos los besos que he guardado durante esta ausencia no deseada.
;i tesoro, sabes que te amo como a nadie en el mundo, por eso repito a diario mi propuesta, nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.




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