<
Alma mía hoy se cumplen quince meses de tu partida.
Escasas dos horas me separan del final menos deseado,
Evoco esa noche cargada de angustia y dolor lacerante como si hubiera ocurrido ayer.
Un nocturno trágico que el mejor escritor jamás hubiera imaginado.
Tu urgencia entrada la noche para que llamara a los médicos a quien nunca dejaste de agradecerle pese al padecimiento al que fuiste sometido durante quince días.
El oxígeno te dio cierto alivio como un caballero diste las gracias levantado sin fuerzas tu mano izquierda para hacer una seña con el pulgar.
La mía descansaba sobre tu pecho, sentí terror cuando los latidos de tu corazón comenzaron a ser irregulares, uno largo y otro apenas perceptible.
Trajeron aparatología para controlarte, cuando notaron que no sacaba la vista del monitor bajaron el audio que repetía lo mismo que sentía mi mano.
Lamentablemente tu agonía fue demasiado largo.
Tratabas de flexionar las piernas y el peso de la muerte haciendo su trabajo ñas transformó en bloques duros imposibles de levantar.
Insistías en que descansara a tu lado, mi respuesta era más tarde, tuve que mentirte cada vez que preguntabas la hora, el invierno con su oscuridad temprana lo permitía.
Me pediste el celular, querías llamar a alguien.
Lo mirabas y caía pesadamente en tu pecho pues no tenías fuerzas.
Una médica a la que pedí te ayudara a tener una muerte digna me invitó a salir de la habitación.
Con dulzura explicó que si te inyectaba medicamentos no despertarías más.
Te pido perdón por mi elección, prefería que comenzaras a transitar un suelo eterno a que siguieras padeciendo.
A las dos treinta de la madrugada hablabas con un ser imaginario, tu voz era clara, se entendía cada palabra que pronunciabas.
Después el silencio que duró menos de dos horas.
Cuatro y veinte de la madrugada parecías responder a alguien que te preguntaba donde vivías, mencionaste el municipio, tuve la ocurrencia de preguntarte con quien vivías. La respuesta fue inmediata “con mi mamá”, nunca había escuchado responder con tanta ternura.
Sé que hasta el los últimos momentos estuve en tus amorosos pensamientos.
Fue lo último que dijiste.
El llano pugnaba por salir de mis ojos, te había prometido no llorar y otra vez ahogué mis lágrimas.
Las facciones de tu rostro comenzaron a cambiar, la palidez que antecede a la muerte se transformó en un color rosado, como si estuvieras lleno de vida.
No había signos de dolor en tu rostro, comenzabas a descansar en paz y sin dolor.
En ningún momento apoyar mi mano en tu pecho, los latidos eran cada vez más espaciados.
Ty prima llegó antes de las nueve y treinta de la mañana, la trajo el presentimiento,.
Al ver mi cara de cansancio me invitó a sentarme en unas sillas que estaban fuera de la habitación, le dije que no que deseaba estar a tu lado.
A los pocos minutos tu corazón dejó de latir, con mano experta ella te tocó las venas del cuello, al persignarse entendí que la muerte te había llevado.
Se sucedieron momentos indescriptibles, pedí que bajaran la baranda de la cama para poder abrazarte, estaba colocada como protección pues tu cuerpo se desplazaba hacia donde estaba sentada.
Turbada y vencida `por el
dolor pude abrazarte y besarte.
Hoy me pregunto cada vez que miro el cielo cual es la estrella que habitás.
Imagino que tu curiosidad innata te ha llevado a recorrer muchas de ellas.
Sabés que tenés una eternidad para recorrerlas una a una, seguramente cuando lleguemi turno la caminata estelar la realizaremos juntos.
Te evoco cada día con más tristeza, puedo controlar la angustia que muchas veces me dejaba sin respiración.
Sé que desde donde estás podés verme y comprobar la certeza de mis expresiones.
No temas, no estoy sola, pese a algunas ausencias que no alcanzo a comprender.
La vida es así, el viento no solo se lleva las palabras también de su mano trae el olvido de algunas promesas, lo tomo sin dramatismo pues tengo tranquilidad de conciencia.
No sé como llegué a estas instancias sin poder hacer algo tan sencillo como es besar o abrazar a un hijo, tocarlo, mimarlo, hacer todo lo que hacen las mamás con sus hijos.
Te extraño de una forma que no se puede dimensionar, añoro nuestras conversaciones con las miradas, instantes donde las palabras sobraban,
La vida es una sucesión de episodios, llegará el día en que podamos reiterar nuestros actos, mientras ello pasa solo te pido que jamás olvides cuanto te qu
quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=kWI0NOOcVZM
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment