Tuesday, November 01, 2016
NUNCA LOS RECUERDOS SERÁN COLOR SEPIA
Suele decirse que con el paso del tiempo, papeles, fotografías y también los recuerdos se tornar color sepia.
Un tono indefinido que a veces es verdoso o amarillento acercándose al marrón.
No voy a negar que eso suceda sería una necedad de mi parte, sin embargo toda regla tiene su excepción y en nuestro caso hijo querido prometo cuidar cada objeto para que ello no suceda.
Eternamente todo aquello que compartimos mantendrá sus matices originales.
Siempre predominarán los colores nítidos en cada una de las fotos en las que me sonríes con esos labios rosados como si fueran el fruto más exquisito.
Imposible que cambie el color de tus ojos castaños en los que me sumergía para mirar la riqueza de tu interior cuando no le otorgábamos lugar a las palabras.
Extraño la expresividad de tu mirada, ninguno de los dos necesitaba de aquellas para decirse del amor entre madre e hijo que lograba tuviéramos nuestro mundo de silencios en los que la voz no era imprescindible
Es muy probable que pocas personas entiendan la complicidad y comunión de nuestras almas.
Nuestros recuerdos siempre serán coloridos igual que fueron nuestras vidas.
No hay lugar para el color sepia sino para el rojo de las brevas maduras, tu sonrisa seguirá teniendo ese tono de vida que en un momento Dios decidió se apagara para evitar siguieras padeciendo.
Tus ojos seguirán siendo comparables con los ríos serranos cuando bajan turbulentos desde las montañas formando remolinos que ocultan las piedras que en infinidad de ocasiones utilizamos para beneficiarnos con los dorados beneficiosos del sol.
Poco importa que mis noches sean oscuras, sé que en lo alto tu luz es mi guía.
Pese a tener buena memoria hubo un momento gris en nuestras vidas, no puedo recordar el nombre del remitente de un correo que no te merecías, estoy segura que una travesura tuya lo elimnó para que no sufriera.
Recuerdo el texto que te hizo derramar lágrimas por su contenido agresivo que podría recitar de memoria.
Muchas veces me pregunté qué haría si me encontrara con quien fue capaz de proferir las palabras que dañan y nunca se olvidan.
Sé que perdonaste a instancias mías cuando te pedí que ignoraras los agravios tal vez fueron escritos en un momento de confusión o capricho, si encontrara a ese personaje no le diría absolutamente nada, no recuerdo su nombre ni tengo interés de realizar un ejercicio mental que me lleve a conocer a quien enarboló la bandera del agravio.
Tardaste en recomponerte al fin elegiste mi consejo, ignorarlo.
Es así como se manejan ciertas actitudes que tienen ciertos terrenales.
Por suerte conociste a tus dos amigos que se convirtieron en tus hermanos de la vida y con ello la paz que en ese momento necesitabas para curar los dolores que produce en el alma la injusticia y ciertas actitudes propias de las miserias humanas.
Quiero que sepas aún cuando entienda que estás a mi lado constantemente que me siento en un estadío cercano a la paz que tanto he buscado durante estos meses desde tu partida.
Ge consultado varios profesionales, todos me han dicho cosas parecidas, puedo recibir ayuda pero jamás un medicamento que pueda curar los dolores de un alma desgarrada.
Viviré para que nuestros recuerdos siempre tengan colores nítidos, brillantes como vos.
El color sepia nunca será parte integrante de mi vida.
Hemos pasado demasiadas cosas juntos y aún cuando estés lejos en el tiempo, noto tu presencia cuando linerás mi camino de escollos.
Te quise y te quiero como a nadie, con un amor incondicional, por eso te pido una vez más que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá,
https://www.youtube.com/watch?v=BiqlZZddZEo
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