Después de muchos meses de dormir con interrupciones anoche logré descansar profundamente como no lo hacía desde que no estás.
Los neurólogos y especialistas en neurociencia repiten siempre que los sueños se dan todas las noches, algunos se recuerdan nítidamente y otros desaparecen de nuestra mente como si hubieran borrado o los mismos jamás hubieran existido.
Puedo recordar en detalle mi sueño de anoche, al principio no tenía sustento hasta que el cerebro se ocupó de ordenar cada imagen como si en lugar de estar sumida en un sueño profundo estuviera en estado de conciencia plena, puedo relatarlo con detalle.
Pese a ser una noche fría mi atuendo era veraniego podría afirmar que era un vestido de gasa lánguido.
Quienes me conocen saben que uso el cabello corto, en el sueño lo lucía largo,
De inmediato pude reconocer mi rostro.
Estaba en un lugar tan solitario como desconocido.
El cielo tenía los colores más bellos que se puedan imaginar.
Comencé a caminar sin rumbo por paisajes salidos de un cuento para niños, coloridos, sentí fragancias tenues muy parecidas a las que a vos te gustaban.
En ningún momento sentí cansancio oír la larga caminata.
El miedo se apoderó de mí cuando el firmamento oscureció, noche oscura llena de misterios.
Comenzaron a titilar las estrellas parecían seguir el ritmo de los latidos de mi corazón del que siempre fuiste dueño.
No tardaría en aparece colgada del universo una luna hermosa que iluminó mi sendero aún desconocido.
Descubría que caminaba a la orilla del mar ese que tanto te gustaba.
No me detuve un solo momento querías saber que encontraría a mitad del camino o al final del mismo.
Después de mucho tiempo de dejar mis pisadas en la arena apareció un espacio de luz donde predominaban los colores claros,
El océano había desaparecido en su lugar observé a ambos lados canterios con multiplicidad de flores.
Las rosas de colores cálidos aún conservaban en sus pétalos gotas de rocío sumando belleza a la natural.
La claridad se tornó más fuerte.
Puedo afirmar que ví seres celestiales conformando una orquesta conformadas por cítaras y el sonido clásico de los violines, sonidos que se alojaron inmediatamente en mi alma por su dulzura.
De pronto el camino tenía una curva.
Seguí avanzando siguiendo las órdenes de mi cerebro.
Puedo asegurar que entre esos seres tan exquisitos visualicé tu rostro amado.
Corrí para abrazarte, decirte que fuiste lo mejor que me pasó en la vida.
De la nada comenzó a levantarse un muro de flores inexpugnable.
Mi intención era atravesarlo para mirar de cerca la luminosidad de tu sonrisa añorada.
No pudo ser.
Los misterios oníricos me regresaron a mi cuarto.
No desperté asustada, quise evitar el llanto no pude, fueron tan fuertes las imágenes que quedarán perpetuadas para siempre en mi alma desgarrada.
Sñe que te vi, lamento no haber podido musitarte al oído que nunca olvides cuanto te quiere tu maná.
https://www.youtube.com/watch?v=rDHLNBv71z0
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