Saturday, November 26, 2016
VIAJES QUE NO REPETIRÉ
Todos los viajes dejan una enseñanza, aprendemos otras formas de compartir la belleza que encierra cada rincón de nuestro país.
País bendecido por los cuatro climas de norte a sur y de este a oeste.
El comportamiento de los seres que habitan cada provincia alejada de las grandes ciudades es diferente, son receptivos, tratan de brindarle al viajero lo mejor de cada lugar para que nos llevemos los mejores recuerdos y regresemos alguna vez.
Ni el porteño ni el que vive en las cercanías de la ciudad poseen esas cualidades muy por el contrario tratan de abusarse de los turistas.
Esas actitudes logran que nos conozcan traspasando las fronteras de una manera no deseada.
No admiten que toda regla tiene su excepción y que no todos los argentinos nos aprovechamos de quienes nos visitan.
Recuerdo todos y cada uno de nuestros viajes que afortunadamente no fueron pocos.
En el sur donde viven las nueves eternas, llegan cruceros de todo el mundo a ver nuestras maravillas naturales.
En una ocasión visitando un sitio de la extensa Patagonia observé con indignación que en un comercio de artículos regionales los precios de los productos que estaban a la venta tenían los precios en tres monedas diferentes, pesos, dólares y euros, por el mismo artículo se pagaban fortunas según el sitio de donde proviniera el turista.
En varias ocasiones me quejé por semejante exceso, no tuvieron respuesta para ofrecerme, la conocida viveza criolla que lo único que logra es que disminuyan las ventas,
No somos más vivos que nadie del orbe, las personas se dan cuenta cuando los precios están sobrevaluados.
Los funcionarios miran para otro lado y los dejan hacer.
Juntos visitamos casi todo el territorio, tus ojos tan grandes como expresivos se tornaban en dos luceros gigantes cuando veías algo que te gustaba o llamaba la atención.
Por propia decisión he decido no retornar a tantos sitios que visité con vos,
Los recuerdos que en su momento fueron felices se transformarían en una tortura que no deseo repetir.
Fuiste travieso desde la más tierna edad, evoco con una sonrisa cuando jugabas en el típico corralito que utilizan los niños que aún no saben caminar.
Lo llenaba de juguetes para que me dejaras un tiempo para realizar las cosas cotidianas, arrojabas uno a uno los juguetes hacia fuera, cuando terminabas, tenía que correr a sostenerte pues tus piecitos estaban apoyados de la red que te contenía, en tu media lengua decías ya está, eso significaba que te encontraría colgado de las redes del lado exterior.
Hoy recuerdo uno de los tantos viajes que no pienso repetir.
Estábamos en la Provincia de Córdoba, para atravesar el cauce de agua debíamos cruzar un puente colgante que no estaba entre mis preferidos pues quienes me conocen saben que sufro de vértigo, siempre te hamacabas tomado de las sigas que oficiaban como barandas para hamacarse, pese a que prefería que caminaras delante de mí te quedabas unos metros atrás supuestamente ajustando el cordón de las zapatillas.
En el momento que comenzabas a hamacarte de un lado hacia el otro iniciaba mi terror,
Tus carcajadas tapaban el rumor de las aguas, te gustaba sentir el eco de las mismas entre las solitarias montañas de un sitio tan agreste como solitario.
Como un Nereo corrías a mis brazos sin dejar de reírte diciéndome no tengas miedo ma.
Podrá describir miles de anécdotas que vivimos juntos como aquella cuando tenías cuatro años y habías empezado a leer
En una autopista solitaria encontramos un cartel de propaganda de cierto producto.
Recién despertaba, el auto se detuvo por la luz roja de un semáforo, miraste el cartel y leíste la palabra lentejuelas.
Tu vocecita de niño partió el vocablo en dos y leíste peo primera vez lente…. juelas.
Un episodio que para una madre es difícil de olvidar.
Por ello mi decisión de no regresar a los lugares que recorrí tomándote de la mano.
Actitud que pocos llegan a comprender,
Cada sitio que recorrimos juntos fue único e irrepetible.
Hubiera pactado con Mefistófeles para ocupar tu lugar.
No pudo ser.
Faltan dos días para que se cumplan quince meses de tu partida, cuando lo transformo en días, minutos o segundos esoy presa del horror.
¿Cómo una madre puede estar tanto tiempo sin ver a su hijo?
¿Por qué el destino me privó durante todo este tiempo de darte un beso?
¿Por qué mis brazos no reciben la tibieza de tus añorados abrazos de oso?
Solo Dios tiene la respuesta a tantos interrogantes nacidos en el dolor, por ello agradezco con el alma todos los consejos que recibo a diario con amor del bueno,
Nadie que no haya pasado por un trance similar al mío tiene la capacidad de comprender que los hijos no deben morir.
Sería necia si no agradeciera las actitudes amorosas para conmigo, solo les pido que entiendan que cuando un hijo se va comprendan que el alma y el corazón de una madre queda herido para siempre.
El consuelo llegará a su debido tiempo, el golpe es demasiado reciente como para pensar en volver a volar.
Tu recuerdo permanece intacto en cada segundo de mi vida.
De ésta saldremos juntos y celebraremos en la eternidad, te quiero por eso reitero los finales de las letras que te dedico, nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=sd4pjUEcYLQ
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