FLORECEN LOS RECUERDOS

Mi vida es difícil despertar sin escuchar tu voz, mirarte a los ojos sin necesidad de utilizar el don de la palabra,
La mente mantiene vívidos los recuerdos compartidos, cada uno de ellos tiene un encanto especial.
Todos pugnan por salir de ese espacio donde permanecen encerrados por voluntad de un Ser Superior que eligió llevarte a su lado para que conocieras la paz de la eternidad.
Suelo caminar bastante, mi destino siempre son las plazas que recorrimos cuando eras un niño.
El transcurso del tiempo no las ha cambiado, mantienen el cuidado de siempre.
Canteros repletos de flores,
Quien los diseñó optó por no mezclar en aquellos las distintas especies logrando un estallido de fragancia y color.
No puedo dejar de evocar tus travesuras, siempre le pedías al jardinero que encontrábamos ocasionalmente una flor para tu mamá.
Venías corriendo con las mejillas encendidas agitando en tu mano el trofeo obtenido.
Más adelante entenderías que las flores deben estar sin cortarse de las plantas, no te gustaba que las dañaran.
Esas pequeñas cosas te diferenciaban de los demás niños de tu edad.
El destino tenía para nosotros preparado derroteros diferentes.
Ni en el sueño más disparatado pensé que algún día me faltarías físicamente ya que siempre vivirás en mi alma tallada por el dolor con el cincel de un artista que tal vez haya transitado un camino similar al mío.
Si bien jamás aceptaré tu ausencia temprana lentamente van apareciendo pequeños vestigios parecidos a la paz que necesita el espíritu para elaborar un duelo.
Bo es fácil emerger de las profundidades de un abismo oscuro y solitario.
Con tu ayuda voy superando algunas adversidades que aparecen en el mundo terrenal.
Tal vez quien lea las letras que te dedico crea que exagero cuando expreso que eras un ser especial permanentemente irradiando luz.
Por suerte quienes te conocieron y aún después de tu partida piensan exactamente como yo.
No están todos los que te acompañaron hasta el final por causas que prefiero no conocer.
Descubrí que el ser que más admirabas se parece mucho a vos.
Charlamos bastante por teléfono y tiene el don de saber escuchar y lograr calmar mi tristeza con la sabiduría de sus palabras sinceras.
Sabés que te extraño, conocés cual es mi sueño igual que sé que ahora aún cuando nos separa la eternidad estás en paz.
Trato de cumplir la promesa de no llorar, a veces lo logro otras no y es natural.
Todas las noches de mi vida miraré el cielo tratando de adivinar en que estrella estás.
Intento verte con los ojos del alma, algún día podremos estrecharnos en un cálido abrazo, mientras esperamos, como siempre te pido que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

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