LA REALIDAD AGOBIA

Todas las palabras se generaron a partir de un verbo.
Cual si fueran cuentas de un rosario quienes escriben pudieron unirlas para contar historias.
Historias gestadas en lka imaginación del poeta o historias de la realidad que en muchas ocasiones suelen dejar el alma mostrando sus propios jirones.
Puedo contarte hijo mío aquellas que compartimos.
Historias alegres donde las lágrimas brotaban producidas por el exceso de risa.
En mi realidad no hay tiempo para las sonrisas.
Las lágrimas siguen brotando cual manantial inacabable.
El dolor se asemeja a filosas dagas que arteramente atraviesan el cuerpo y el alma.
Quisiera que todo fuera distinto, ser yo quien te sonríe desde el cielo cuando concretás cada proyecto hoy inconclusos por designios del destino.
Desearía ser esa rosa perdida que huyó del rosal para emprender un largo viaje, intacta, vestida con gotas de rocío, llegaría a tu lado con una pequeña esquela que expresara cuanto te quiero.
Acunar un trozo de cielo en mi regazo pensando que te sostengo entre ellos como en un pasado reciente.
Nunca asumiré tu ausencia pues te siento más cerca que nunca.
Si pudiera le pediría. prestadas las alas a un cóndor.
Mágicas me transportarían velozmente a tu lado.
Poder ser por un instante como la luna, sus destellos plateados bailan hasta el amanecer convirtiendo el agua clara en un manto líquido oscuro.
Si lograra cumplir tan solo alguno de mis deseos volvería a mi vocabulario la palabra dicha,
Dicha de tenerte físicamente unos segundos a mi lado y poder saciar la sed de darte un beso.
Comprendo que ese Ser Superior que te cuida en la eternidad, necesitaba un ser de luz como vos y por ello te llevó a su lado.
Me conforma entender que donde estás ahora la palabra sufrimiento no existe.
Necesito que nuestros mundos se acerquen para reflejarme en la belleza de tu mirada, tan bella como triste.
Ignoro si existen dos Universos, el tuyo eterno, el mío terreno.
Cada día que pasa tu ausencia es más notoria.
No dejo de preguntarme qué hice mal para que te fueras tan pronto.
Somos varios los que extrañamos tu graciosa presencia donde las ocurrencias eran una constante.
Cuando llegaste a mi vida, me enseñaron como debía cuidarte.
Ninguno de ellos me dijo como se hace para pasar este trance sin convertirme en un despojo.
Mi cielo siempre serás la razón más pura de mi existencia, el ángel guardián que me protege açin cuando mis pensamientos sucumben ante el llanto incontrolable.
Sé que esa actitud te entristece por ello te pido que me perdones, a veces no es fácil controlar las emociones.
A Dios le pido a diario que me conceda la posibilidad de soñarte como antes.
Como de costumbre te ruego que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

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