Prestigiosos analistas y pensadores aún no han determinado en qué lugar del cerebro se alojan los recuerdos, sean lejanos o correspondan a un pasado reciente.
Concluyen diciendo que el paso del tiempo en algún momento esos recuerdos son cubiertos con el manto del olvido.
Analizando estas revelaciones mi acuerdo con ellos es a medias.
Es posible que con el paso de los años puedan olvidarse los más lejanos por ejemplo el día que pronunciamos la primera palabra o cuando comenzamos a caminar.
He tenido la fortuna que la primera palabra que pronunciaste fuera mamá y la misma se repitió cuatro horas antes de tu partida del plano terrenal.
Personalmente recuerdo como si hubiera ocurrido hace segundos cada instante de tu corta vida, exactamente dentro de cuarenta y ocho horas se cumplirán diez y siete meses que no te tengo físicamente.
Mantengo vívidos en mi memoria todos los episodios que vivimos juntos desde el día que tuve la dicha de tenerte en mis brazos por primera vez.
Un bebé rozagante como bello.
Tu primer llanto aún puedo escucharlo alojado en mi alma.
En ella viven todos los momentos compartidos.
No voy a entablar disquisiciones con los que afirman que los recuerdos se alojan en el cerebro sin especificar exactamente dónde.
Desde el primer día de tu vida los tuyos están tatuados en mi alma.
Tampoco se puede pensar o dividir los recuerdos entre buenos o malos, creo que los que más nos marcaron por lo que significa la tragedia de perder un hijo son los que predominan más que los buenos sin que evocar sea sinónimo de olvidar.
Tu efímera vida fue como una película o un cuento que puedo narrar sin olvidar ningún detalle.
Es posible que sea debido a una relación tan simbiótica como la nuestra donde en muchas ocasiones las palabras sobraban ya qye tuvimos el enorme placer de entendernos intercambiando miradas.
Es el mejor ejercicio que una madre puede hacer aprender a dilucidar qué significado tienen los ojos de su hijo amado.
El destino tan misterioso como ingrato te arrancó de mi lado sin pensar que me quitaba la mitad de mi propia existencia
Muchas veces me revelo ante aquel y mis preguntas solo tienen como respuesta la nada misma.
Solo me reconforta pensar que un Ser Superior necesitaba a su lado un ser de luz como vos y decidió llevarte con Él para evitar un sufrimiento que no merece ningún ser humano,
Quienes intentaban mantenerte con vida te torturaron hasta un día como hoy, cuando ellos y nosotros dos sabíamos cual seria el final aún cuando lo calláramos para no infligirnos daños el uno al otro.
Solo en un momento fueron amables mostrando rasgos de humanidad cuando me pidieron que tratara que tu paso a la eternidad fuera tranquilo.
No hacía falta ese pedido sabían que durante quince días ahogué el llanto en mi garganta para no verte padecer aún más.
Cumplí con todos tus deseos.
En esa quincena trágica que nos tocó vivir siempre estuvimos tomados de kla mano, abrazándonos como podíamos para no sacar de su lugar las guías que te sostenían con un hilito de vida.
Casi todos los profesionales se sorprendieron al ver tanto amor entre una madre y su hijo.
No se puede dimensionar el dolor que se siente ante la más cruel de las realidades.
Desde entonces me dedico a evocarte con el amor más profundo que pueda existir.
Sabés que apenas sonrío como antes, nada me motiva como lo hacías vos.
Pienso en el momento de nuestro reencuentro.
Creo tener identificado el espacio del universo celestial que se convirtió en tu nuevo hábitat.
No me resultará dócil llegar a vos, sé que una vez más serás el guía perfecto para ayudarme a concretar el encuentro.
Decir que te necesito como nunca es una obviedad.
Alguien muy especial te recuerda casi tanto como yo.
Las anécdotas que vivieron juntos siempre logran que mi llanto se transforme en una sonrisa.
Siento orgullo al escuchar sus palabras cuando te recuerda con tanto amor.
Ni bien regresó de su largo viaje me llamó.
Hablamos de muchos temas en realidad con la paciencia de un Buda es él quien me escucha a mi.
Entiendo el por qué de tu admiración además de terrenal es humano y no se cansa de mis monólogos.
Quiero que sepas que cada día que transcurre en mi existencia tu ausencia se agiganta.
No es cierto que el tiempo traiga resignación para que ello ocurriera primero debería asumir que no estás más y no es así vivís alojado en mi corazón.
Hijo añorado te amo y en nombre de ese sentimiento perfecto te ruego que nunca olvides cuanto te quiere tu mam.a.
https://www.youtube.com/watch?v=rRw1kVYyd3I
No comments:
Post a Comment