Pese al día desapacible ayer acepté la invitación de una amiga que me llevó a un lugar desconocido para mí.
Pregunté varias veces hacia donde nos dirigíamos, respondiendo que si me lo decía el misterioso paseo dejaba de ser una sorpresa.
Solo expresó que me gustaría y cambió el giro de la conversación.
La autopista estaba transitable sin las típicas congestiones de los fines de semana donde los autos deben circular a paso de hombre, ello indicaba que muchos estaban gozando de sus vacaciones.
Ingresamos a una estación de servicio, me pareció extraño dado que antes de salir no importa adónde suele llenar el tanque de combustible.
Luego sabría que ingresó al lugar para preguntar la dirección de ese luuar misteriosos que visitaríamos.
Para despistar mi curiosidad compró botellitas de agua,
Recorrimos un tramo pequeño de la tuta metros más adelante el cartel indicador señalaba que para llegar al Pueblo de los Sueños faltaba apenas un kilómetro y luego deberíamos girar hacia la derecha.
Arribar a la entrada de esa pequeña población asemejaba a ingresar a un libro de cuentos,
La avenida principal completamente arbolada, en lo alto los brazos de los árboles se unían formando un arco de hojas verdes invitando a soñar.
Aún existen lugares de ensueños a pocos kilómetros de las grandes ciudades.
La edificación se componía de casas bajas pintadas de color blanco, techos a dos aguas con tejas rojas era el detalle que unificaba a todas.
Jardines impecables, flores por doquier.
Todas las especies estaban en esos jardines regalando un espectáculo de fragancias y color.
Legamos al centro cívico de una población alejada de la ciudad.
Una plaza separaba el municipio de otros edificios municipales.
Una pequeña capilla.
A pocos metros se erigía una edificación que contrastaba con el resto de las mencionadas.
Líneas rectas, frente pintado de colores llamativos.
Pregunté si era un museo de arte moderno, la respuesta fue abstracta “es un museo pero no de arte moderno”.
Tebndría que esperar.
Estacionamos el auto en los lugares autorizados a tal fin.
Cuando leí el cartel de la entrada sonreí emocionada.
Estábamos ingresando al Museo de los Espejos.
Sentí como nunca tu presencia a mi lado.
Nuestra fascinación compartida era la mutua atracción por los espejos.
Las historias que se podrían escribir sobre ellos o sobre la magia que se guarda detrás del cristal espejado.
Se que disfrutaste junto a mi cada espejo.
Todos tenían su propia historia que era relatada por el guía del lugar.
Los más antiguos tenía diversas formas, estaban protegidos por cordones de raso de color bordó terminados en borlas doradas.
Estaba desbordada por la emoción.
No pude ni quise detener las lágrimas que sin pedir permiso rodaban por mi rostro.
Tu presencia en mi alma no lo podía impedir pese a saber que re dañaba mi llanto.
Me hybiera recorrer los pasillos de este museo asida de la calidez de tu mano.
Estuviste a mi lado en todo momento.
Sentía que tus manos de ángel secaban mis lágrimas,
Tu alma estba en el lugar preciso, en el momento justo de cumplir un sueño que no pudo ser.
No pude besarte pese a mis deseos, tampoco abrazarte fuerte como hubiera querido.
Te prometo ser fuerte y esperar el momento en que Dios decida que no solo tu alma esté junto a mi sino todo tu ser.
Te quiero hijo de mi vida por eso no dudo en pedirte que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=XZiomLqgncI&t=617s
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