Vuelvo a contratar en la agencia de autos el mismo vehículo que me llevara a conocer los telares con agujas de cristal.
Puntualmente llega a la puerta de mi casa preguntándome hacia donde vamos hoy.
Le comento que es un día especial, se cumplen diez y siete meses de tu partida.
Meses en los que no he podido aceptar no tenerte.
El conductor no interrumpe mis pensamientos.
Quiebro ese silencio pidiéndole que me sorprenda que me lleve a un sitio que conozca para encontrar un poco de calma.
En un puesto de flores adquiero un ramo sencillo de fresias blancas.
Me pregunta si deseo pasar por el cementerio mi respuesta es negativa, solo sentí el deseo de tener conmigo ese humilde ramito de flores.
Le cuento que a vos te gustaban las flores siempre y cuando se conservaran en la planta.
Sonríe y cambia de rumbo.
Me cuenta que iremos a un espacio que está seguro colmará mis expectativas.
Pocos minutos después llegamos a un parque floral, estaciona el auto, adquiere las entradas y entramos.
No es la conocida exposición de la flor que anualmente transcurre en la Ciudad de Escobar sino un parque temático.
Quien lo creó quiso que solo hubiera flores y árboles.
Cada especie brilla con su propio esplendor.
Al final de camino de lajas color gris comienza una especie de pequeño bosque.
Las ramas abrazadas de distintos árboles brindan una sombra espectacular que logra se vean las distintas especies con un velo de sombra que los hace cautivantes a la mirada de los visitantes.
Es temprano, en horas de la mañana hay cierta quietud, al ser día de semana la concurrencia de visitantes es menor, tampoco hay agendazas excursiones de colegios de la zona para conocer la maravilla que se encuentra al final del bosquecillo.
Un árbol demasiado especial, su tronco rugoso acumula experiencia.
La savia que lo recorre ha logrado que pensemos que se trata de un contorsionista por sus formas tan especiales.
Es una especie autóctona.
Quien hace años `plantó sus raíces en la tierra no debe haberle colocado el clásico tutor o tal vez sí y la naturaleza dejó que creciera en total libertad.
No existe especialista en botánica que pueda calcular la edad de tan exótico ejemplar.
La belleza y la nobleza no tienen edad.
La presencia es imponente, jamás había visto el tronco de un árbol similar a este.
Hijo tengo la certeza que te hubiera encantado admirarlo de cerca, comprendo que desde el cielo lo ves.
Tiene una altura importante, pareciera que sus ranas quisieran llegar a tu cielo.
Cada rana no difiere en su estructura del tronco contorneado de este gigante natural.
Pienso que haciendo travesuras algún niño lo haya querido escalar p esconderse detrás de tan generoso trono.
Hoy para mi es un día de reflexión por ello decidí buscar un lugar de paz para recordarte aún más, decirte que te amo con toda la fuerza de mi alma.
Conocés que no escatimo esfuerzos para que me veas un poco mejor.
Mi más grande deseo sería que me pudieras ver sonreir.
Ek dolor de la ausencia es tan poderoso que borra de m rostro cualquier mueca que desee parecerse a una sonrisa,
Las fresias voy a dejarlas al pié del árbol fantástico que conocí.
Quizás puedas venir por ellas, del ramo original quité una vara para llevarla conmigo y de esa manera evocar el perfume de tu piel.
Hijo mío solo Dios sabe cuanto le pido por vos.
En nuestras conversaciones pues no sé rezar le pido que te cuide como el ser de luz que sos.
Muchas veces le he preguntado por qué te eligió a vos, por qué le ordenó a la muerte arrancarte de mi lado, muchas veces le expreso que soy yo quien debería ocupar tu lugar, sabe de mi frase “Los hijos no deben morir”.
Como respuesta recibo una sonrisa celestial que me lleva a interpretar que aún lejos mío podés estar bien,
Te conozco y sé que no te gusta demasiado compartir con extraños pese a tu personalidad extrovertida.
Te imagino con tu clásica verborragia convenciendo al resto de los ángeles que te acompañen en tu s travesuras.
Hijo querido decir que re amo hasta el paroxismo no es ninguna novedad.
Las nuestras han sido y seguirán siento relaciones atávica y simbióticas entre madre hijo.
Perdurarán más allá de la eternidad.
Mientras todo ello ocurre solo te reitero una vez más que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá-



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