El gran poeta florentino en su ora cumbre La divina comedia, le contaba a su amada Beatriz que para llevarla al Paraíso y vivir su amir sin ser señalados por la diferencia de edad, pues aquella era una niña de doce años, debían atravesar el Infierno, el Purgatorio y el Limbo, en aquel entonces ninguna bula papal había decretado su desaparición.
La soberbia del representante de Dios en la tierra mediante ese documento decretó que no existía.
No pensó en los miles de bebés que el destino decide que nazcan sin vida o tiene una muy exigua y solo un sacerdote antes que dejen la vda terrena le s otorgue su bendición mediante las aguas bautismales en la fría sala de un hospital para que ellos también puedan convertirse en ángeles que acompañen a Dios en el cielo.
No voy a juzgar la falta de sentimientos del Papa Ratzinger pues no soy dueña de verdades absolutas como tampoco lo es quien ostente en el mundo cristiano representar a Dios en el mundo terrenal.
Este relato no trata de eso, simplemente quiero mostrar otra cisión de un astrónomo, matemático, astrólogo y escritor como Claudio Ptolomeo nacido en el siglo 11 AC de origen greco egipcio quien en su obra Harmónicos tenía otra mirada sobre la vida en otros planos muy cercana a la de los pensadores griegos Aristóteles y Platón en lo que se refiere a la cosmovisión y la vida más allá de la muerte.
Dante no especifica en su obra cuales son los nueve cielos, simplemente los nombra de manera poética.
Milenios antes Ptolomeo de acuerdo a los conocimientos que he mencionado afirma que los nueve cielos son los planetas que conforman el Sistema Planetario.
Imagino que en tu paso a la eternidad los has visto a todos y cada uno de acuerdo a su aspecto, conociendo tu pensamiento causó en vos distintas reacciones.
Para ese viaje en el que no pude ser tu compañera, tengo la certeza que tuviste la oportunidad de verlos a todos y descansar antes de llegar al destino divino que te aguardaba, descansar un poco en cada uno de ellos.
Curioso como eras intuyo que descartaste pernoctar en Urano, sus colores azules y gélidos no llegaron a capturar tu atención.
Un ser cariñoso como vos jamás pudo quedarse mucho tiempo en un planeta frío y tal vez sin vida.
Tengo la certeza que te llamaron la atención los anillos que como hoyas orbitan alrededor de Saturno.
Nunca te llamaron la atención los objetos materiales ergo no era el sitio para que te quedaras demasiado tiempo.
Júpiter te debe haber impactado por sus múltiples colores suaves y por ser conocido como el más beneficioso de todo el sistema.
También para hacerme sentir la inmensidad de tu cariño ya que Ptolomeo lo designó como regente de mi signo zodiacal, recordando que ese sabio también era astrólogo.
No quiero ofender las veleidades de la Luna diciendo que solo es un satélite de la Tierra.
Misteriosa y mágica debería ser la reina del sistema planetario.
Tampoco es mi intención desmerecer a Febo la estrella más grande del Universo, quien fuera denominado en otros tiempos como el Astro Rey que con sus rayos dorados permite que la vida terrena crezca como corresponde.
Hijo de mi vida intuyo que has conocido a todos en tu viaje hacia esa eternidad que ningún filósofo ha podido descifrar y que tiene su trono en el Cielo.
Como simple mamá te admiro por el camino recorrido en soledad.
Hubiera querido que fuéramos compañeros hasta el final de la vida.
Hijo querido no poseo la potestad de torcer el rumbo del destino que cada mortal tiene asignado en esta vida.
Ninguno de los dos tuvo el estigma del egoísmo y sabemos que después de la muerte impura hay otros caminos.
Senderos misteriosos que ningún terrenal puede imaginar.
La respuesta solo la tiene Dios el de los cristianos o aquel de la fé que quien lea estas letras profese.
Quiero contarte con tranquilidad, sin ser prisionera del llanto que produce tu ausencia que te quiero más que antes.
Deploro que no se me brinde la posibilidad de verte tan solo unos segundos.
Es un calvario someter a una madre que amó y ama a su hijo hacerla cargar una mochila cargada de besos.
Besos que no te puedo dar sumergiéndome en la placidez y ternura de la mirada más bella que existió en este mundo que habito.
Considero que no es un exceso que una madre quiera hacer algo tan simple como besar a su hijo.
Ye llevo sujeto a mi alma como si fuéramos siameses, te recuero cada minuto de cada día.
No me alcanza recorrer con mis dedos tus imágenes.
Recorro cada centímetro de tu hermoso rostro, no puedo conformarme a no recibir nada.
Tus ojos me miran desde una pantalla, cada día los encuentro más hermosos y tiernos que nunca.
No te entristezca por vos muero y resucito para escribirte.
Te quiero de una forma que no es obsesiva sino abrumadora por ello te pido que nunca olvides cuanto te quiere u mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=odTVP7JiURE
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